IDECU   25222
INSTITUTO DE LAS CULTURAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Wankas, campos agricolas y caminos: la expansión estatal en las quebradas altas del Calchaqui medio a través de las materialidades
Autor/es:
MARIA CECILIA CASTELLANOS; VERONICA I. WILLIAMS
Lugar:
Salta
Reunión:
Taller; Taller Qhapaq Ñan II; 2017
Institución organizadora:
Programa Qhapac Ñan. Direccion Patrimonio, provincia de Salta
Resumen:
Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en las quebradas altas del Calchaquí medio, actual provincia de Salta, en el NOA dan cuenta de la variabilidad y versatilidad en el despliegue de estrategias como parte de las relaciones que se dieron entre las poblaciones locales y el Tawantinsuyu. Puntualmente para este sector se ha sugerido un interés estatal centrado en la productividad agrícola, generando una modificación del paisaje local y la ampliación de redes de interacción. Una de las propuestas sostiene la intervención y apropiación de lugares con historia previa, destacando la ausencia de dispositivos estatales claros en espacios donde la presencia local era fuerte (Williams y Villegas 2013). Desde una perspectiva geosimbólica, se ha mencionado como una de las estrategias de dominación incaica a la marcación del paisaje por medio de dispositivos como wankas, hitos, sayhuas, apachetas y producciones visuales sobre diferentes soportes. Los sectores con evidencia de ocupación estatal en el área se localizan en la cuenca de Angastaco-Molinos y se encuentran asociados a tramos de vialidad. Los sitios más relevantes son el Pucará y Fuerte de Angastaco, localizados sobre el fondo de valle, y Compuel, emplazado en el piso de puna, hacia el oeste. El primero de ellos ha sido mencionado como fortaleza del Inca y frontera del valle de Gualfín y el puesto primero que ocupan los indios de sicha [?]? (Relación anónima, AGI, Charcas 121, en Strube 1958). Este sitio pudo haber constituido tanto una defensa contra poblaciones locales hostiles, considerando la rivalidad entre pulares y calchaquíes, como un recordatorio constante de la presencia y poderío inca (Williams et al. 2005). Por su parte, Compuel presenta estructuras de tipo celdas (de Hoyos y Williams 2017), una kancha y un pequeño sitio habitacional ubicado a la entrada de la quebrada que baja desde Compuel a Pucarilla donde se localizan extensos campos agrícolas y una potencial capacocha que habría tenido como fin realizar una ofrenda a una waka y censar a la población local. La waka corresponde a una tumba de 9 individuos con ajuar de clara filiación inca, pucos Santamarianos, una pinza de depilar, calabazas pirograbadas (Ambrosetti 1899) y un calzado tipo llanke que presenta similitud con los hallados en el contexto funerario del Quewar (Gentile 2013; Vitry 2015). Entre la planicie aluvial del río Calchaquí y el piso de puna localizamos el Tambo Gualfín, las celdas de Gualfín y el conjunto agrícola de Corralito y Pucarilla. Se ha planteado que una de las vías de comunicación entre valles y puna habría correspondido al sector que comunica Angastaco con Compuel, y a partir del cual se accede a la puna (región de Antofagasta de la Sierra, Salar de Ratones y Salar del Hombre Muerto) y más allá Chile (Bertrand 1895; Martel 2014). Bajo esta propuesta, cobra sentido la ubicación de Compuel como un punto estratégico para poder ingresar al espacio puneño donde se emplazan volcanes, montañas o apus que albergan santuarios y ofrendatorios (Olivera 1991; Williams 2015). En función de los objetivos del Taller, nos proponemos discutir sobre las estrategias de ocupación estatal a nivel local y microregional, el papel de las materialidades como parte de las mismas y la vinculación entre valles y puna desde un enfoque en donde lugares, caminos, construcciones, cerros, hitos, etc. podrían haber funcionado como geosímbolos (Bonnemaison 1992), y a las materialidades como parte de dinámicas de apropiación territorial.