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El avance de la tecnología informática se refleja en la amplia disponibilidad de recursos didácticos existentes, creando ambientes de aprendizaje como e-Learning o m-Learning (Ramírez Montoya, 2009). En los últimos años, se han utilizado los recursos tecnológicos como herramientas para enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje en las aulas (González, 2015). Frente a la situación actual de aislamiento, estos recursos se resignifican: ya no complementan la presencialidad, sino que constituyen la principal fuente para llevar a cabo el intercambio educativo. En la Universidad Nacional del Sur, el inicio de las clases se vio postergado y las actividades presenciales fueron trasladadas hacia la plataforma Moodle de dicha institución. Esta plataforma virtual, es un gestor de aprendizaje que cuenta con distintos tipos de herramientas y recursos para implementar en el aula. Si bien desde hace años se encuentra disponible en nuestra universidad, no todos los educadores y educandos la utilizaban, situación que generó algunas dificultades para la realización de actividades. En nuestro primer cuatrimestre notamos que se esperaba de nosotros, estudiantes, un manejo fluido de cualquier recurso tecnológico por el hecho de ser nativos digitales, pero esto no fue así. Con la presura del tiempo, tanto estudiantes como docentes, tuvimos que hacernos de herramientas que antes no eran utilizadas, enfrentando conflictos de diversa índole. Así se hizo más notoria la necesidad de desarrollar competencias digitales, en nuestra comunidad de aprendizaje, con el fin de facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje. A raíz de estas experiencias nos preguntamos si estos recursos pasarán a formar parte del aula del mañana, siendo necesario lograr o adquirir entrenamiento o capacitación en su manejo, como docentes en formación.