INBIOSUR   25013
INSTITUTO DE CIENCIAS BIOLOGICAS Y BIOMEDICAS DEL SUR
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Conducta de rescate dirigida a sus dueños en perros domésticos
Autor/es:
DZIK, MARINA VICTORIA; CARBALLO, FABRICIO; BENTOSELA, MARIANA; FREIDIN, ESTEBAN
Lugar:
San Luis
Reunión:
Congreso; XVI Reunión Nacional y V Encuentro Internacional; 2017
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento (AACC)
Resumen:
La conducta pro-social es aquella dirigida a beneficiar a otros individuos. En los protocolos de ayuda instrumental, utilizados para evaluar la pro-socialidad, se requiere que los sujetos actúen de tal manera que le permitan a otro individuo alcanzar sus objetivos.Cognitivamente, los sujetos deben ser capaces de reconocer los objetivos y estados internos de los demás. Motivacionalmente, deben estar dispuestos a realizar una acción que no conlleva un beneficio inmediato para ellos, mostrando una motivación pro-social. Los perros han mostrado asombrosas habilidades sociales que despliegan en sus vínculos con las personas. Son capaces de reconocer la conducta humana como dirigida a metas, identificar algunos estados emocionales y forman vínculos cooperativos a largo plazo con sus dueños y entrenadores. Por lo tanto, son una especie privilegiada para el estudio de la conducta pro-social. Son escasos y poco concluyentes los estudios evaluando si los perros muestran espontáneamente conductas de ayuda dirigidas a las personas.Una forma de conducta de ayuda es la conducta de rescate. En los protocolos típicos un individuo es atrapado en una trampa y un compañero puede liberarlo desde el exterior. El objetivo del presente estudio es evaluar si los perros son capaces de reconocer las señales de estrés emitidas por sus dueños y si espontáneamente intentan rescatarlos del peligro.Se evaluaron 36 perros adultos de diferentes razas de entre 6 meses y 10 años de edad viviendo con sus dueños como mascotas. Cada perro pasó por una sola condición:Dueño Estresado (DE): se encerraba al dueño del perro en una caja de madera especialmente diseñada para la investigación de 1,75 m de alto por 1 m2 de base con una puerta de plexiglás transparente, que puede ser abierta desde afuera, deslizando un peso que traba su apertura automática. Luego se permitía el ingreso del perro y el dueño fingiendo haber quedado encerrado en la caja gritaba pidiendo ayuda a su perro de forma espontánea (n=21). Dueño tranquilo (DT): se encerraba al dueño dentro del aparato y este permanecía encerrado en la caja, leyendo, sin prestar atención al perro durante todo el ensayo (n=15).Se realizaron 3 ensayos de 2 min cada uno en cada condición con un intervalo de 1 min entre ensayos. Se midió si los perros abrían el aparato y la latencia hasta la apertura. Se registró la proporción de tiempo: 1) en proximidad de la caja, 2) en contacto con el aparato, 3) cerca de la salida, 4) con las orejas y 5) con la cola bajas. Se utilizaron pruebas no paramétricas para comparar la frecuencia y duración de las conductas evaluadas entre condiciones y se realizó un MLG con grupo como factor fijo, el número de aperturas como variable dependiente. Resultados: El 50.8% de las veces los perros del grupo DE abrieron la caja, este porcentaje es mayor que el de los perros del grupo DT (13.3%; X21=9.03, p=0.03). Asimismo, los perros del grupo DT abrieron la caja menos que lo esperado por azar (t15=6.87, p