ICIVET-LITORAL   24728
INSTITUTO DE CIENCIAS VETERINARIAS DEL LITORAL
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Migración errática de Dioctophyma renale en cavidad torácica de un canino: reporte de un caso en la ciudad de Santa Fe.
Autor/es:
MARINI MR; BONO MF; KRÜGER V; AGHEMO A; APARICIO A; SÁNCHEZ A; DE GENNARO M; SACCO SC
Lugar:
Esperanza
Reunión:
Jornada; V Jornada de Difusión de la Investigación y Extensión.; 2017
Institución organizadora:
Universidad Nacional del Litoral
Resumen:
Dioctophyma renale es el gusano gigante del riñón, el nematodo parásito más grande del mundo. Su distribución es mundial, pero su incidencia es desconocida. El parásito infesta varias especies de mamíferos, incluyendo al hombre1. D. renale es usualmente encontrado en perros, visones, gatos y otros animales que comen peces, pero también ha sido hallado en el cerdo, buey y caballo. Los hospedadores definitivos son carnívoros de vida libre que comen peces, especialmente el visón, en el que el gusano es más pequeño y usualmente está localizado en el riñón2. D. renale en su estadio adulto se encuentra habitualmente en el riñón derecho del perro, y a veces se halla libre en las cavidades peritoneal o pleural y otras veces en hígado u otros tejidos3. La lesión causada por D. renale depende de la localización del mismo en el cuerpo del animal. En el riñón, uno o más de estos parásitos causan destrucción compresiva e histófaga del parénquima y engrosamiento de la cápsula renal por fibrosis; la expresión clínica puede ser inespecífica o estar ausente. En muchos casos en caninos, los gusanos están localizados en el riñón; sin embargo, han sido encontrados también en cavidad abdominal, sugiriendo que no completaron su ciclo normal de migración desde el intestino delgado al órgano blanco. La migración del gusano y sus huevos puede iniciar una peritonitis o perihepatitis crónica. El objetivo de este trabajo es describir un caso de migración errática de Dioctophyma renale en cavidad torácica de un canino y las lesiones asociadas a la presencia del parásito. El paciente estudiado fue un canino, macho, Shar Pei, de 7 meses de edad, con historia clínica de muerte súbita. En la anamnesis el propietario relató que encontró al animal muerto. Se realizó la necropsia completa del animal y se colectaron muestras para análisis histopatológico. Los tejidos fueron fijados en formol bufferado al 10 % y que se remitieron al Laboratorio de Anatomía Patológica de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral. Los mismos fueron procesados mediante técnicas de inclusión en parafina y coloreadas con hematoxilina-eosina. Macroscópicamente se observó la presencia de un nematodo libre en cavidad abdominal, de color rojo violáceo, cilíndrico, de 20 cm de largo por 0,5 cm de diámetro, en craneal y lateral del riñón izquierdo, que fue identificado como un macho de Dioctophyma renale; la hembra del parásito se encontró libre en cavidad torácica, en el espacio pleural izquierdo, midiendo 50 cm de largo por 1,2 cm de diámetro. El pulmón presentaba una neumonía granulomatosa multifocal en dorsal de los lóbulos diafragmáticos. El resto de los órganos no presentaban lesiones aparentes. Microscópicamente se observó una neumonía granulomatosa multifocal, con gran cantidad de exudado eosinofílico rodeando a huevos del parásito. También se evidenció marcada hiperemia intersticial, hiperplasia caliciforme en bronquiolos y proliferación conjuntiva intersticial multifocal. En riñones se evidenciaron cambios degenerativos en los epitelios tubulares y congestión intersticial. En Argentina, Meyer SN y col (2013)4 han hallado un caso de muerte súbita sin sintomatología previa en un canino con posible asociación a la presencia de estos parásitos en cavidad torácica y abdominal, con pleuritis granulomatosa multifocal provocada por huevos de D. renale. La presencia de este parásito es muchas veces clínicamente asintomática; ello dificulta su diagnóstico y representa un desafío para el veterinario clínico. El ciclo del parásito requiere de un huésped intermediario, un anélido acuático, que permite el desarrollo de las larvas 1 y 2. El perro se infecta al beber agua e ingerir el anélido o al comer un pez o ranas que actúan como huéspedes de transporte. Por ello, es esencial tener presente esta enfermedad principalmente en animales que frecuentan ríos, islas y zonas de agua dulce. El diagnóstico precoz de la Dioctofimosis y la extirpación quirúrgica del parásito son las claves en el pronóstico para la vida del animal infectado, especialmente cuando los parásitos realizan migraciones erráticas que podrían poner en riesgo la vida de su hospedador.