El Delincuente como Objeto Imposible

SERGIO TONKONOFF

Campeche - México

Congreso; 4to. Encuentro Internacional de Filosofía de la Cultura y Multiculturalismo; 2008

UNAM

Hombre lobo (del hombre), Anormal, Malvado. Tres figuras habituales a la hora de enfrentar la cuestión criminal. Tres ideas-imágenes ubicadas en el centro de formaciones discursivas diversas: una jurídico-política, una médico-legal y una a la que llamaremos moral. Discursos seculares que se suponen articulados según las leyes del encadenamiento no contradictorio de las proposiciones que le otorgan contenido, ajenos a creencias mágicas o religiosas de cualquier tipo, y carentes además de toda intención o valor estético. Se trata de tres matrices discursivas que atraviesan representaciones y prácticas diversas (de las instituciones penales a los medios de comunicación, y de los tratados científicos a la literatura y el cine). Lógicas diversas, vinculadas a modos de intervención diferentes en cada caso, que buscan producir al delincuente como objeto. Objeto científico y de intervención del sistema penal cuando es médico-legal; objeto de repulsión y violencia moralizante del sentido común de los establecidos; objeto de expulsión y de autoafirmación espectacular de la lógica jurídico-política de la Soberanía. Postulamos que la figura central del criminal aparece todas ellos como un cuerpo extraño, cargado de contradiciones propiamente mitológicas.