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La concesión de facultades extraordinarias, así como la atribución de la ?suma del poder público? a los gobernadores provinciales, constituye un rasgo característico de la experiencia política argentina (y quizás hispanoamericana en general) durante la primera mitad del siglo XIX. Presentado como un elemento consustancial al fenómeno del caudillismo, el tema ha sido abordado desde diversas perspectivas, tanto por historiadores del derecho como por historiadores sociales y de la política. Si tradicionalmente primó un enfoque que veía en dicho fenómeno una suerte de predominio de la fuerza o escenario ?sin ley?, en los últimos años se ha procurado una nueva comprensión que intenta explicar aquellas formas de ejercer el poder a partir de elementos provenientes de la tradición jurídica precedente. En este sentido, José Carlos Chiaramonte ha sugerido que tales modos de ejercer el poder podían encontrar sustento en lo que sería la ?Antigua Constitución?. En el presente trabajo buscamos poner en discusión esta última perspectiva, argumentando que aquellas formas de ejercer poder se vinculan más con la vieja potestad paternal o económica ejercida de modo extraordinario por el antiguo soberano y, desde este punto de vista, resulta antitética con cualquier sentido posible de la noción de ?constitucionalismo?. Como procuraremos mostrar, el tenor paternal se manifiesta no sólo en el lenguaje político, sino también en las formas de represión judicial del disenso político, donde la noción de lesa majestad aparece resignificada como ?lesa patria? y equiparada al ?parricidio?. Además de discursos, correspondencia y legislación de la época, utilizaremos como fuentes primarias procesos judiciales tomados del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba. Este trabajo se realiza en el marco del PICT 2014/3408.

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