INVESTIGADORES
CERUTI Maria Constanza
libros
Título:
Montañas Sagradas en el País Vasco
Autor/es:
MARÍA CONSTANZA CERUTI
Editorial:
Mundo
Referencias:
Lugar: Salta; Año: 2015 p. 68
ISSN:
978-987-698-085-2
Resumen:
La construcción simbólica y mitológica de la montaña en el mundo vasco se encuentra atravesada por el papel histórico que los picos inexpugnables y las cuevas inhallables han cumplido en el ocultamiento y refugio de quienes sufrieran persecuciones. Desde los vascones que resistieron las invasiones romanas, pasando por las brujas del siglo XVII hasta las víctimas de persecución política en el siglo XX. Las ?brujas? que se ocultaban en cuevas en la montaña en tiempos de la Inquisición han inspirado la figura de Mari, ?la dama? de la mitología vasca, cuya morada se encuentra en los picos más abruptos y elevados de Euskadi, tales como los montes Amboto, Txindoki, Oiz, Udalaitz y Murrumendi. Por otra parte, los monumentos megalíticos emplazados en las cimas redondeadas de montañas de menor altura son atribuidos en su origen mitológico a los legendarios gentiles. De gigantesco tamaño y deforme apariencia, los gentiles son custodios de cuantiosos tesoros materiales y del conocimiento de la agricultura y la herrería, eventualmente transmitido a los cristianos gracias a la audacia e inteligencia del héroe cultural Martinico. Numerosas montañas en la región del Levante Ibérico han devenido en centros de peregrinaje, convirtiéndose asimismo en emplazamiento de ermitas características del catolicismo popular vasco, como en el caso de los montes Ernio y Uzturre. Los ritos de purificación y sanación que los devotos protagonizan durante las romerías acarrean ecos de las prácticas purificatorias medievales. Ocasionalmente asoman en las antiguas leyendas vascas las figuras de dragones y culebros, a las que se vincula con la temática de la fertilidad y el sacrificio de doncellas. No hay que perder de vista que la mitología vasca fue introducida en América durante la conquista y colonización, por el accionar de los misioneros y con el aporte de la inmigración. El folclore andino se ha nutrido de este antiguo sistema de creencias, generando figuras y relatos cuya naturaleza sincrética se comprende más cabalmente a la luz de las contribuciones europeas. Por ejemplo, la existencia de tesoros ocultos en las cumbres, que es aludida en la toponimia y en el folclore del país vasco, donde proliferan las leyendas de ?pellejos? y ?odres?, con sus familiares ecos en las leyendas de ?cogotes? características de las montañas andinas. Los gentiles del mundo vasco, entre ellos el mítico ?Sansorri?, son capaces de modificar la topografía con sus ?hondazos?; atribución que en el mundo andino se otorga al ?rey Inga? o ?Incarri?.Para la realización de la investigación que condujo al presente libro, la autora recorrió las tumbas megalíticas y antiguos cromlech de piedra, incluyendo el dolmen de Sagastieko Lepua la cima del cerro Akolaxtara y el cromlech de Mulisko Gaina, en las alturas del cerro Oindi; los dólmenes asociados con las campas y las chabolas pastoriles en las faldas del macizo de Aizgorri, se adentró en remotas aldeas de montaña y participó de la tradicional romería a la ermita de Isazkun, para luego continuar hacia la cruz en las alturas del monte Uzturre. Visitó la basílica de San Ignacio y la casa-torre de la familia Loyola, al igual que la ermita museo de San Martin de Iraurgi, asociada tradicionalmente con ritos de brujería medievales. Además, recorrió el parque arqueológico de Tolosa y el museo de San Telmo en Donostia. En compañía de montañistas vascos ascendió a las cumbres de los montes Txindoki y Ernio, subiendo también a pie a las cimas de los montes cantábricos de Urgull e Igueldo. La mitología vasca provee del marco de creencias para que convivan en el paisaje montañoso de Euskadi las ermitas dedicadas a santos católicos con cuevas de brujas y aquelarres; los elevados picos rocosos donde mora la diosa Mari con cimas que son lugares de peregrinación y romería cristianos. Las alturas de los cerros se encuentran tapizadas de megalitos prehistóricos que el folklore atribuye a la fortaleza física de los gigantescos gentiles, cuyos conocimientos fueron apropiados y transmitidos por San Martinico.