INVESTIGADORES
CERUTI Maria Constanza
congresos y reuniones científicas
Título:
Una mirada a los sacrificios humanos de los incas a la luz de las fuentes históricas y la arqueología de alta montaña
Autor/es:
CERUTI, MARÍA CONSTANZA
Lugar:
Lima, Perú
Reunión:
Congreso; VII Congreso Internacional de Etnohistoria; 2008
Institución organizadora:
Pontificia Universidad Católica del Perú
Resumen:
          El análisis de fuentes históricas emprendido en este trabajo se centra en el abordaje del sacrificio humano en alta montaña entre los Incas. La metodología aplicada incluye la contrastación de los datos sostenidos por la documentación escrita, con la evidencia procedente de las investigaciones arqueológicas de altura y los estudios interdisciplinarios de momias. Entre las fuentes históricas en las que se abordan aspectos de las ofrendas humanas entre los incas, se destacan los aportes de la Historia del Orígen y Geneaología Real de los Reyes Incas del Perú, de Fray Martín de Murúa, escrita en 1590; así como de los Ritos y Fábulas de los Incas, de Cristóbal de Molina, obra fechada hacia 1575. El Licenciado Juan Polo de Ondegardo, fue uno de los primeros españoles en hacer referencia al tema de los sacrificios humanos en el Tawantinsuyu, en su obra de 1571 titulada “Informaciones Acerca de la Religión y Gobierno de los Incas”. Por su parte, también aportan datos de interés sobre los sacrificios y ofrendas de los incas, los documentos elaborados por sacerdotes comprometidos con las campañas de extirpación de idolatrías, entre ellos el Padre José de Acosta (1962), que escribió en 1590 la Historia Natural y Moral de las Indias.  Por su parte, el anónimo fechado en 1590 y titulado “Relación de las Costumbres Antiguas de los Naturales del Pirú” (Anónimo 1992), atribuido al jesuita mestizo Blas Valera, es uno de los pocos documentos en los que se niega enfáticamente la existencia del fenómeno del sacrificio humano en el Incanato. Para sustentar su posición de que los incas no sacrificaron personas, Valera recurre en forma reiterada a la hipótesis de sacrificios sustitutivos de animales y a un argumento de base lingüística, por el que pretende demostrar que el error de los cronistas españoles proviene de su falta de comprensión de la lengua Quechua. En este marco cobra un papel fundamental la evidencia bioantropológica de los santuarios de alta montaña, al permitir establecer con base empírica la efectiva realización de ceremonias de sacrificio con víctimas humanas. Hecho que resultaría muy difícil de abordar desde una perspectiva estrictamente etnohistórica, frente a los sesgos introducidos, tanto por el jesuita mestizo que niega la práctica del sacrificio humano, cuanto por el religioso español propenso a exagerar la crueldad de las ceremonias, como en el caso de los sacrificios por degollamiento referidos por el cronista Molina, de los cuales no hay datos concretos en el registro arqueológico.