INVESTIGADORES
BABOT Maria Del Pilar
congresos y reuniones científicas
Título:
Casos de análisis sobre la organización social de la práctica de molienda prehispánica en el Noroeste argentino
Autor/es:
BABOT, M. DEL PILAR
Lugar:
Tilcara, Jujuy
Reunión:
Taller; Taller Procesos Sociales Prehispánicos en los Andes Meridionales; 2005
Institución organizadora:
Instituto Interdisciplinario Tilcara, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
Resumen:
La naturaleza individual o colectiva de la práctica de molienda y la pertenencia de los artefactos de moler constituyen dos aspectos poco explorados desde las evidencias suministradas por los contextos arqueológicos. Los supuestos tradicionalmente sostenidos al respecto, por ejemplo, que los morteros múltiples implican necesariamente una molienda grupal, se basan en apreciaciones muy generales como el número de oquedades, o bien en analogías directas con las características actuales o históricas de la práctica.             Este trabajo indaga en las evidencias sobre la ?propiedad? de los artefactos y la organización individual/grupal de la molienda en casos de análisis de Antofagasta de la Sierra, el Valle de El Bolsón y Tafí del Valle, en el Noroeste Argentino. La investigación parte de los registros generados entre usuarios actuales de instrumental de molienda en Los Nacimientos de San Antonio y El Alto El Bolsón, en el Valle homónimo y en Punta de la Peña, en Antofagasta de la Sierra. Una combinación de técnicas, incluyendo la observación participante, permitió documentar aspectos tales como la organización del trabajo en torno a la molienda, frecuencia de la práctica, edad y sexo de los ejecutantes, contextos espaciales y elementos materiales vinculados a la molienda, así como la propiedad y el acceso del instrumental utilizado. Esta información permitió derivar hipótesis para los casos arqueológicos y plantear una serie de indicadores materiales que permitieran evaluarlas. También se plantearon hipótesis e indicadores para otros aspectos de la molienda que no habían sido documentados en los casos actuales o que aparentaban estar muy modificados y que, en cambio, si estaban representados en las situaciones arqueológicas.             A continuación se plantean algunos puntos de particular relevancia para los dos aspectos abordados en este trabajo. En los casos actuales documentados no se registran situaciones de propiedad grupal de los artefactos que exceda la familia nuclear, y no se dan situaciones de molienda grupal. Esta actividad constituye una tarea individual y el referente material de la propiedad familiar del instrumental está dado por su situación espacial. Esta ocurre, o bien en el espacio interno de los recintos cerrados o semi-cerrados de cocina, o bien, en los espacios intermedios dados por los patios y accesos a cocinas, que presentan límites construidos pero que están accesibles a la vista de todos.             Por el contrario, los casos arqueológicos de molienda en ámbitos domésticos parecen indicar dos instancias diferentes. Por un lado, se tiene la práctica individual, desarrollada con los molinos y caracterizada por las restricciones impuestas por la forma, tamaño y modo de uso de esta clase de instrumental a la presencia de más de un operador. Esta se sitúa en el ámbito reparado de los lugares de preparación de alimentos o en áreas de actividades múltiples. Por otro lado, en la mayoría de los casos arqueológicos la molienda en morteros implica una organización diferente, en tanto se sitúa en espacios abiertos que ocupan el espacio entre recintos domésticos, o en sus márgenes; estos espacios no se hallan particularmente delimitados por construcciones o señalizaciones especiales que sugieran un acceso restringido. No basta un conteo del número de oquedades para asignar un carácter grupal a esta actividad. El mismo puede ser inferido a partir del análisis conjunto de variables morfológicas en los artefactos, tales como la pendiente de las superficies de apoyo, la morfología de las oquedades resultante del desgaste por uso y la distribución en planta de las oquedades dentro de un mismo soporte rocoso. En el análisis de muchos de los casos arqueológicos, esto parece indicar que dos o más oquedades pudieron ser empleadas al mismo tiempo por dos o más operadores; en otros casos, este sugiere que dos oquedades próximas fueron usadas complementariamente por parte de un mismo operador. La elección de los soportes rocosos par la manufactura de los morteros apunta a que se priorizó la selección de superficies amplias, capaces de alojar a más de un ejecutante, por sobre la calidad o rendimiento de la roca durante la molienda -su comportamiento ante a percusión y la abrasión-. La grupalidad de esta práctica pudo tener diferentes implicancias dentro de las comunidades prehispánicas. Sin duda, los espacios, tiempos y actividades compartidas debieron reforzar los vínculos interpersonales. Asimismo, este tipo de organización pudo constituirse en una respuesta apropiada para una ardua labor, en los casos en que los productos de molienda representan recursos básicos y, además, una alternativa apropiada para acomodar la molienda a otras actividades cotidianas. Mientras que los artefactos pasivos o fijos ?situan? el lugar en el que se desarrolló la práctica, cuando éstos se hallan como residuos de facto, los artefactos activos o móviles sugieren las características de ?propiedad? del instrumental. De la misma manera que en los casos actuales, los contextos arqueológicos analizados muestran que las manos de molino y de mortero son particularmente apreciadas por quienes las emplean. Éstas se reciclan y mantienen en una medida importante, aún en situaciones de abundancia de materias primas aptas o de rupturas parciales de los artefactos. Adicionalmente, se almacenan cuidadosamente entre usos sucesivos, esto es, se ?guardan? en espacios específicos y protegidos -sectores perimetrales de las áreas de actividad, huecos en muros, por ejemplo-. El reciclaje y mantenimiento de estos instrumentos puede interpretarse como una actividad vinculada a un uso intenso y/o frecuente y/o prolongado en el tiempo. Esto último es lo que permite plantear la posibilidad del traspaso generacional de los artefactos, como un derecho a la propiedad que se hereda, de una manera similar a lo que ocurre actualmente en Los Nacimientos de San Antonio. En ocasiones se trata de la herencia de un bien puntual, y en otros casos son recibidos como parte del equipamiento de predios o viviendas. Lo mencionado para las manos permite plantear que, aún en situaciones de molienda grupal, no debió existir un acceso irrestricto o la propiedad indistinta y compartida de cada oquedad en un mortero múltiple. En este sentido señala la relación necesaria que vincula a los atributos de una oquedad con el artefacto activo que le corresponde -su mano compatible-. Tampoco es posible sostener que la simultaneidad del trabajo implicara necesariamente la socialización de los productos resultantes de cada sesión de molienda. Es posible pensar en la convivencia de situaciones en las que éstos se redistribuyeran o se destinaran a un uso compartido, con otras en que fueran empleados para el abastecimiento de cada unidad doméstica -esto último, sobre todo en los casos en que las moliendas en morteros y molinos constituyen procesamientos consecutivos y/o complementarios-.