La concepción de la equidad y la justicia social en trabajadores argentinos del sXXI?

MULERAS, EDNA

Yokohama

Congreso; XVIII ISA World Congress of Sociology; 2014

International Sociological Association (ISA)

Se propone abordar tres interrogantes:1.¿Es la inequidad social un proceso observado/ observable por quienes padecen sus efectos en el orden social contemporáneo? 2.¿Cómo es juzgada, desde un punto de vista moral, por los afectados directos? 3.¿En qué medida un avance objetivo en su superación, a partir de la configuración concreta de una mejora relativa en las condiciones sociales de vida de amplios sectores populares, se corresponde con un avance objetivo del conocimiento de los factores que la originan y reproducen? Se propone instalar la discusión tomando como referencia empírica concreta las concepciones de la justicia social registradas en diversas fracciones de trabajadores del Área Metropolitana de Buenos Aires (Argentina) en el año 2010, a la hora de explicar y evaluar los procesos sociales que afectan sus propias condiciones sociales de vida. Estas reflexiones cobran relevancia analítica en la medida en que se captan en un contexto de transformación progresiva de las desigualdades sociales en Argentina. La evolución de los principales indicadores socioeconómicos correspondientes a la primer década del siglo XXI evidencian una importante caída del desempleo, una mejora relativa en la distribución social del ingreso en el marco de un crecimiento sostenido de la actividad económica; un aumento significativo de la participación de los asalariados en el PBI; un incremento de los salarios reales, y una caída de los índices de pobreza e indigencia(Fuente: INDEC, Argentina, Evolución 2003-2010).El estudio exploratorio de las representaciones de la justicia social en un universo de trabajadores creyentes de Argentina ofrece la posibilidad de captar empíricamente las diversas fases constituyentes de la reflexión sobre la equidad social. Asimismo, torna observable la conceptualización de la inequidad social como un complejo punto de llegada en el conocimiento del carácter de las relaciones que originan y estructuran las condiciones sociales de vida de los grupos humanos. La concepción de una justicia inmanente al orden social desempeña un papel clave en la legitimación o la confrontación al ejercicio del poder en una sociedad dada.Sin embargo el significado que se le ha atribuido en la historia cultural de las formaciones sociales) se ha transformado. Si en las etapas primarias, se juzgan los acontecimientos que afectan la vida social como la expresión de una retribución necesaria - positiva (premio) o negativa (castigo)- al comportamiento humano en función de su adecuación a un sistema normativo legitimado socialmente (justicia retributiva), en las etapas más evolucionadas, la noción de justicia enfatiza el principio de distribución equitativa entre los grupos humanos (justicia distributiva). Tal concepción implica una reestructuración de la noción de totalidad social: si la justicia retributiva supone esencialmente una mirada de lo social escindida en unidades independientes, la justicia distributiva ofrece un modelo relacional que permite evaluar la génesis de la acción individual en el contexto de las precondiciones o circunstancias originadas en la interrelación social. [Piaget: 1986; Elías: 1989] Entre los principales resultados de nuestro estudio, identificamos y caracterizamos distintas etapas de desarrollo de la concepción de la justicia social: 1) una concepción meritocrática de justicia retributiva con predominio de la acción individual como agente responsable de las propias condiciones sociales de vida; 2) una concepción meritocrática de justicia retributiva en la que se identifica un orden divino - una justicia divina inmanente - como agente responsable de su realización, articulada a la atribución de responsabilidad a la acción subjetiva, individual y consciente;3)un principio de crisis la de concepción de justicia retributiva con la evaluación de las propias condiciones de vida como injustas, sin identificación de un agente responsable; y por último, 4)una incipiente concepción de justicia social distributiva con evaluación de las propias condiciones sociales de vida como injustas, con identificación de las condiciones y circunstancias sociales - ya no individuales - como agente responsable o factor generador.