INVESTIGADORES
MULERAS Edna Analia
congresos y reuniones científicas
Título:
PROYECTO DE RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA FACULTAD DE CS. SOCIALES: HACIA UNA PEDAGOGIA DE LA DESOBEDIENCIA A LA INHUMANIDAD DEL ORDEN SOCIAL. LA CONSTRUCCION DE UNA REFLEXION PARA LA ACCION
Autor/es:
MULERAS, EDNA Y EQUIPO
Lugar:
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Reunión:
Jornada; II JORNADA DE INTERCAMBIO DE PROYECTOS DE INVESTIGACION Y EXTENSION DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES (UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES); 2008
Institución organizadora:
SECRETARIA DE INVESTIGACION Y SECRETARIA DE EXTENSION UNIVERSITARIA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Resumen:
HACIA UNA PEDAGOGIA DE  LA DESOBEDIENCIA  A  LA INHUMANIDAD: CONSTRUYENDO UNA REFLEXION PARA LA ACCION Directora: Dra. Edna Muleras. Carrera de Sociología/ Instituto de Investigaciones Gino Germani. La nuestra es una empresa  intelectual a largo plazo, cuyas metas intelectuales tienen un doble carácter: se inscriben tanto en la investigación  básica, como  aplicada. Somos un grupo de docentes- investigadores de ciencias sociales que asume la determinación ética de contribuir al desarrollo de una perspectiva  crítica en el campo de la investigación científica, instalada en la convicción de que todo conocimiento científico d e lo real – en particular en el campo de las ciencias sociales -  debe orientarse no sólo al correcto diagnóstico de su objeto de estudio, sino a la transformación progresiva y positiva de la sociedad que lo produce .[1] Intentamos crear las precondiciones fundacionales de un Programa de Trabajo orientado por  los siguientes objetivos generales: I. Consideramos sustantivo realizar investigación de base sobre los procesos culturales dominantes, que en el plano de la socialización epistémica[2] y moral[3] de distintas fracciones de clase, contribuyen a la normalización de algunas de las múltiples formas de inhumanidad a través de las cuales el orden social se reproduce. Procuramos estudiar los procesos que se constituyan en verdaderos obstáculos epistemológicos a una adecuada toma de conocimiento[4] de las distintas dimensiones operantes en la interrelación social. Es decir, aquellos que debilitan la capacidad de amplios sectores sociales para  enfrentar las distintas expresiones del padecimiento inherente a la especificidad de una formación social capitalista como la Argentina de inicios del  siglo XXI.[5] Nos interesa focalizar los procesos que configuran  cotidianamente , modos de convivencia social de carácter autoritario y/ o totalitario[6], los cuales obstruyen el conocimiento de la normalización dominante de lo inhumano, impidiendo así  la realización alternativa de una  autonomía social creciente, equitativa y solidaria para todos. Nos proponemos  identificar los distintos procesos socioculturales que dificultan y/o impiden  la construcción de una moral de la autonomía y responsabilidad equitativa de los procesos sociales [Piaget: 1932; Marín: 2004],  especialmente, los que operan a nivel de la instalación masiva de una concepción sacralizada de lo real, y un juicio moral heterónomo,  a través de la mediación socializadora de un conjunto de formas institucionales tales como la  escuela, la familia,  la iglesia,  el partido, etc.    Nos proponemos  entonces desarrollar lo que hemos dado en llamar una “pedagogía de la desobediencia a la inhumanidad del orden social”, que contribuya a la formación de sujetos capaces de desnaturalizar y  ser sensibles, no sólo  al registro  de las distintas formas inhumanas  a través de las cuales se produce la reproducción de los órdenes sociales, sino a resistirlas y enfrentarlas, en el plano de la acción individual y colectiva,  ejerciendo  la desobediencia activa a toda orden inhumana. [1] Haciendo propias las recomendaciones finales del XXIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) reunido en Concepción, Chile, en el año 1999: “Expresamos por unanimidad que, en el ejercicio ético de nuestra profesión, los científicos sociales no pueden limitarse a la realización de un diagnóstico de sus sociedades, sin conocer y enfrentar las múltiples dimensiones en que se ejerce de manera inhumana y arbitraria el monopolio legal de la violencia en nuestro continente. Postulamos así la urgencia de colaborar en la construcción de un juicio moral que haga posible la ruptura con las formas de obediencia acrítica a la autoridad, haciendo observable y promoviendo la desobediencia debida a toda orden de inhumanidad” [2] Referente a la configuración de las formas y contenidos representativos y explicativos de lo real. [3] Referente a la construcción de normas y valores. [4] En el sentido conceptual dado por la Escuela de Epistemología Genética de Jean Piaget. [5] Prácticamente no hay dudas en el mundo académico de las ciencias sociales y humanas, respecto a los devastadores efectos  en la clase trabajadora, de las políticas económicas implementadas desde la última dictadura militar, y acentuadas  fundamentalmente durante el gobierno de Carlos Saúl Menem. La crisis social y política de diciembre de 2001 lo pone de manifiesto. Basta con tomar tres indicadores: 1. la constitución de una enorme masa de excluidos del mercado de trabajo, alcanzando al 30% de la población económicamente activa  a partir de 1995; 2. la mitad de la población del país bajo la denominada “línea de pobreza” a inicios del siglo XXI; 3. la mayor concentración del ingreso en los estratos sociales más acomodados en los últimos treinta años, según datos  INDEC 2004, sobre  la evolución de indicadores sociales 1990/2000. [6] La diferencia entre procesos autoritarios y totalitarios de dominación política y cultural radica en el grado de intensidad en que el poder del Estado invade y controla  todos los intersticios de la vida  íntima y doméstica de los individuos y de los grupos sociales, a distintas escalas de organización. El siglo veinte ha ofrecido, con matices,  algunas ejemplificaciones de regímenes totalitarios:  el fascismo, el nazismo, el  stalinismo.