CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Tradicionalmente en Argentina existió una derecha fuerte en términos socio-económicos, pero era también políticamente débil y fragmentada. Sin embargo, eso cambió en el siglo XXI con el surgimiento de una nueva agrupación de centro-derecha (Propuesta Republicana) que llegó a la presidencia en 2015 en alianza con un partido tradicional (la Unión Cívica Radical, UCR). La presidencia de la coalición Cambiemos (2015-2019) adoptó lo que llamó una agenda "gradualista" de reformas promercado para combatir la "herencia populista" y ensayó políticas ambivalentes en tópicos sociales y culturales. En el contexto de un debate nacional acerca de la legalización del aborto y, sobre todo, a partir del fracaso económico de la gestión de Cambiemos, comenzaron a crecer lenta pero sistemáticamente opciones de derecha radicalizadas. Si bien estas derechas extremas autodenominadas libertarias tuvieron inicialmente un desempeño electoral poco relevante, en 2019, con el regreso del peronismo al poder, experimentaron un crecimiento vertiginoso que se plasmó en la convergencia entre distintos grupos (nacionalistas-reaccionarios y liberal-conservadores) que antes se oponían los unos a los otros.A partir de 2020, combinando propuestas de libertad económica con conservadurismo cultural, y acudiendo a una retórica que abreva tanto en la alt-right estadounidense como en la extrema derecha europea, las opciones "libertarias" colocaron sus demandas y sus marcos interpretativos en el centro del debate público. En la actualidad, si bien las chances electorales de estas derechas extremas parecen magras, su capacidad para establecer agenda, su potencia en los sectores juveniles y sus lazos con las derechas de otras latitudes llevan a reflexionar desde una perspectiva sociohistórica acerca del carácter poroso de la línea que separa a la centro-derecha de la derecha extrema en Argentina.

enviar mensaje