INSTITUTO "DR. E.RAVIGNANI"   24160
INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA "DR. EMILIO RAVIGNANI"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
"¿Herencia o ambiente? Situaciones, dinámicas y prácticas familiares de los niños y jóvenes de la Cárcel de Encausados. Buenos Aires, primera década del siglo XX"
Autor/es:
CLAUDIA FREIDENRAIJ
Lugar:
Montevideo
Reunión:
Simposio; V Simposio Internacional de la REDDHA; 2018
Institución organizadora:
Universidad de la República - Uruguay
Resumen:
Es conocida la influencia que el positivismo criminológico ejerció entre sus adeptos en Argentina. Esto se verifica en varios planos: desde la fundación de la Sociedad de Antropología Jurídica fundada por Luis María Drago en 1888 hasta la publicación de Criminalogía moderna de Pierto Gori a partir de 1898 y de los Archivos de Psiquiatría, Criminología y Ciencias Afines que funda y dirige José Ingenieros desde 1902; pasando por la impronta que los académicos le infundieron a las cátedras de Derecho Penal en las universidades de Buenos Aires y de La Plata y, en mayor medida aún, en la puesta en pie de gabinetes criminológicos, como el Servicio de Observación de Alienados que funcionó en el Depósito de Contraventores de la Policía de la calle «24 de Noviembre» por iniciativa de Francisco de Veyga desde 1899 o como la Oficina de Estudios Médico-Legales que inauguró José Luis Duffy en 1905 en la Cárcel de Encausados.Sin embargo, pese a este ascendiente, sabemos que las versiones locales de la criminología positivista más dura y los representantes nativos de la antropología criminal tomaron cierta distancia de las propuestas de Lombroso y ensayaron interpretaciones criminológicas en las que el ambiente ?en comparación con la herencia- cobró mayor relevancia explicativa. Existió un claro consenso entre los estudiosos de fines del siglo XIX y principios del XX en cuanto al enorme peso con que cargaba el entorno social del delincuente a la hora de explicar su conducta, lo cual encontró un eco aún mayor cuando se trataba del ambiente en que se había desarrollado el niño criminal. En este sentido, la trascendencia del factor socio-ambiental fue más allá de la cátedra y se instaló cómodamente en otros ámbitos: desde el gabinete de observación médico-legal hasta las notas pintoresquistas de la gran prensa, la preocupación por las influencias familiares, de vecindad y de amistad; por la sociabilidad y el entorno próximo en que se desenvolvía la vida cotidiana de los menores ?abandonados y delincuentes? fue notoria. Este trabajo apunta a reponer las trayectorias vitales de los niños y jóvenes que fueron procesados por la comisión de diversos delitos atendiendo a las situaciones, dinámicas y prácticas familiares en que los mismos se hallaban inmersos hasta entonces. Trabajaremos para ello con los estudios médico-legales practicados en la Cárcel de Encausados desde 1905 (los cuales incluían tanto mediciones antropométricas como informaciones socioambientales de los sujetos estudiados). Trabajando bajo la hipótesis de que las familias trabajadoras constituyeron la unidad última de tratamiento penal, procuramos dimensionar el lugar que les cupo a las realidades familiares de los menores estudiados en los diagnósticos criminológicos de estos funcionarios, lo que creemos que contribuye a sopesar la influencia de la criminología positivista al nivel de su aplicación práctica en la administración de justicia.