INSTITUTO "DR. E.RAVIGNANI"   24160
INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA "DR. EMILIO RAVIGNANI"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Las ‘pretensiones hegemónicas’ de La Forestal tras la masacre de 1921. Sobre consentimientos e impugnaciones a un dominio
Autor/es:
ALEJANDRO JASINSKI
Lugar:
Santa Fe
Reunión:
Congreso; V Congreso Regional de Historia e Historiografía; 2013
Institución organizadora:
Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral
Resumen:
Tras la masacre obrera de 1921, La Forestal necesitó reconstruir su dominio en el norte de Santa Fe, vasto territorio donde tenía instalada sus fábricas de tanino, sus obrajes, sus puertos, sus ferrocarriles y sus haciendas, donde prácticamente todo le pertenecía, incluso los pueblos, en virtud de que todo era de su propiedad, hasta el punto en que si algo no era de ella solía decirse que era “particular”. Su dominio se había iniciado hacia comienzos de siglo XX, integrando la actividad forestal que nacía con el hacha y el quebracho y que terminaba con la bolsa de tanino, producto para teñir y curtir los cueros, del cual se convirtió rápidamente en el primer exportador mundial. Pasada la primera década del siglo, comenzó a hacerse visible cierta organización obrera, a partir de sociedades de socorros mutuos, pronto controla-das por la compañía, pero hacia fines de la década ya existía un pujante sindicato que nucleaba a todos los oficios. Los trabajadores pusieron en cuestión las relaciones de poder constituidas, la explotación laboral y el dominio político sobre los pueblos. El Sindicato de Obreros en Tanino fue expresión de ese proceso y la gran huelga de finales de 1919 y comienzos de 1920 fue el punto más álgido del poderío obrero, una medida de fuerza que paralizó todo el chaco santafesino, que contó con la toma de las fábricas, con el control de los pueblos y que arrancó a la compañía la aceptación de un extenso pliego de demandas. Pero todo cambió en 1920 cuando, con la inestimable colaboración del gobierno provincial del radical nacionalista Enrique Mosca -de quien obtuvo la conformación de la Gendarmería Volante que la compañía financió enteramente-, organizó un dispositivo patronal que siguió una secuencia de hostigamiento-persecución-despidos-lockout y que terminó con una brutal masacre. El prolongado cierre de las fábricas y la paralización de los obrajes junto a una política de expulsión y exterminio, dio por tierra con la experiencia sindical. Esta historia ya fue contada en otro lugar (Jasinski, 2013, a). Pero entonces, ¿cómo habría de continuar la vida en aquellos poblados del norte provincial, toda vez que la compañía británica había sido señalada públicamente como la gran responsable de la masacre y de la miseria que se vivía? ¿Cómo reconfiguraría y relegitimaría su dominio en la región? ¿De qué forma intentaría reanudar la vida productiva, el funcionamiento de sus fábricas y de los obrajes? ¿Cómo sería recibido este intento en los habitantes de sus pueblos, en los trabajadores de sus dominios y en otros actores extralocales? ¿Sería posible que a lo largo de la década de 1920 resurgieran los intentos de organización obrera o cualquier otro tipo de impugnación?