Monitoreo de la población de coipos (Myocastor coypus) en la urbanización cerrada de Nordelta (Tigre, Pcia. de Buenos Aires)

CORRIALE, MARÍA JOSÉ; ABDENUR ARAOS, FLORENCIA

2021-09-01/2022-03-01

1-34

Biológica

Medio terrestre-Otros

Nuestro caso de estudio es la población de coipos (Myocastor coypus) que habita en la urbanización privada de Nordelta. Desde el 2014 se viene llevando a cabo un monitoreo poblacional con implementación de manejo mixto durante el 2015 al 2017. En el presente estudio estimamos la abundancia, el uso de hábitat y los daños ocasionados en el ambiente como parte de un monitoreo continuo de la especie en Nordelta. La población de coipos presentó un leve descenso poblacional respecto a 2020 (1,5 ind/100m; rango: 1,1-1,9 ind/100 m) asociado a una disminución del 8% de la vegetación palustre en el barrio. Las mayores densidades se observaron en Barrancas del Lago y el Golf, asociados a una alta disponibilidad de vegetación emergente de alto y mediano porte, pero también a una baja cobertura de tablestacado (medida de manejo indirecto). El monitoreo reveló que los coipos usarían todos los barrios de la urbanización privada, aunque la intensidad de uso sería diferencial, siendo mayor en Virazón y en el Golf. Los daños ocasionados por la especie son similares a los observados en 2020 y los mayores de los últimos 6 años (1,8 comederos/300m). El tamaño medio de los comederos fue de 1,33 m2 (0,31-2,36 m2). La cobertura de vegetación palustre constituiría el principal determinante de la abundancia de coipos en la urbanización privada. En consecuencia, la urbanización presenta en la actualidad una densidad poblacional relativamente alta. Ante esto, se recomienda principalmente un control indirecto basado en el manejo de la vegetación palustre y de las cortaderas ubicadas sobre la línea de costa. Paralelamente, en los barrios de baja cobertura de tablestacado se recomienda la implementación del mismo. En el caso de que la calidad de las aguas se vea comprometida con este tipo de manejo, se recomienda un manejo directo con capturas de un máximo de 387 individuos en una campaña de remoción de abril a septiembre. El desarrollo de las prácticas de manejo indirecta permitiría mantener a la población en un nivel poblacional bajo y autorregulado (sin la necesidad de aplicar medidas de manejo directo adicionales en el futuro) mientras que el manejo directo permitiría desacelerar el crecimiento poblacional y disminuir los impactos realizados por la especie.