IDACOR   23984
INSTITUTO DE ANTROPOLOGIA DE CORDOBA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Experiencia, ritualidad y peregrinación. Modos de habitar el paisaje en el Cerro de Oyola a finales del primer milenio D.C.
Autor/es:
GASTALDI MARCOS R.; QUESADA, MARCOS N.; MORENO, ENRIQUE; QUESADA, MARCOS N.; MORENO, ENRIQUE; BAROT, CARLOS; BAROT, CARLOS; GASTALDI MARCOS R.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina : 50 años de arqueologías; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
La sierra de El Alto-Ancasti, en el extremo oriental de la provincia de Catamarca (Argentina), es reconocida por poseer una gran cantidad de cuevas con pinturas rupestres y grabados prehispánicos. Desde hace una década hemos venido trazando la historia y estructuración del paisaje arqueológico en esta zona. De estas investigaciones surge a primera vista la existencia de dos paisajes diferenciados aunque íntimamente vinculados: uno asociado a los abrigos con arte rupestre, nucleados en el sector conocido como Cerro de Oyola, y otro aldeano y agrícola, dispuesto en las áreas más bajas adyacentes. En el caso del cerro de Oyola hemos detectados 38 aleros con arte rupestre distribuidos en distintas lomadas y quebradas que bajan del cerro. Estas oquedades, en ocasiones formando cuevas y otras veces aleros, se disponen en las bases de las grandes rocas de granito que caracterizan el paisaje de este sector. Sin embargo, no todos los abrigos fueron pintados o grabados ya que, al parecer, existió cierta selección de determinadas oquedades con características particulares. Si bien el cerro presenta características topográficas y de suelo aptas para la producción agrícola, no se han hallado evidencias de su utilización. Esto contrasta notablemente con lo hallado por fuera del cerro en donde la arquitectura agrícola se transforma en un rasgo muy conspicuo del paisaje. Esto mismo sucede en relación al emplazamiento de los sitios de viviendas. En el cerro de Oyola se ha encontrado una sola vivienda, Oyola 31, pero con características muy disímiles a las halladas en las zonas bajas externas al cerro. Oyola 31, no muestra la imagen de estabilidad y durabilidad que presentan las viviendas de las áreas adyacentes, que poseen potentes muros de piedra y espacios bien delimitados. Oyola 31 muestra una marcada fluidez y transitoriedad en la arquitectura. Es notable la dificultad para definir la extensión de cada vivienda. La presencia de huellas de postes formando semicírculos nos hace pensar que la construcción de las paredes ha involucrado materiales perecederos. Los componentes de la arquitectura construidos con piedra no parecen haber cumplido función de cerramiento, sino apenas una mínima función estructural. La arquitectura de los espacios de habitación del Cerro de Oyola distan de transmitir una imagen de cierta o aparente estabilidad y ordenamiento presente en la arquitectura de las áreas adyacentes. Por fuera del cerro de Oyola aunque poco visibles por haber quedado sepultadas y cubiertas por abundante vegetación, hemos detectado y relevado gran cantidad de terrazas agrícolas en un radio de 3 km del mismo. Se las encuentra en el interior de quebradas que descienden de las dorsales topográficas hacia los colectores principales generalmente agrupadas de manera escalonada en conjuntos de hasta 12 a lo largo de una quebrada. Asociadas a las estructuras de cultivo, hemos detectado hasta el momento nueve viviendas, de las cuales hemos excavado dos. Estas tienden a ubicarse en espacios topográficos elevados en relación a los arroyos circundantes. Estas casas han sido construidas con robustos muros confeccionados con materiales duraderos y de gran tamaño donde es común el empleo de grandes lajas clavadas en posición vertical. Estas características que las alejan de Oyola 31, también se observa en otras materialidades halladas en las excavaciones: la cerámica. Mientras que por fuera del cerro, la cerámica hallada se corresponden con los conjuntos presentes en otros zonas de la sierra (Aguada portezuelo, Ambato negro gris grabado) asociables a estilos característicos del Período Medio de la región valliserrana; casi toda la cerámica encontrada en Oyola 31, se aleja de dichos estilos, pudiendo ser asociada a lo que se conoce como cerámica de las sierras centrales (Serrano (1976[1958]). Si bien algunos fragmentos de estas cerámicas aparecen en las viviendas que se hallan por fuera del cerro, y algunos también en las cuevas con arte rupestre, es en Oyola 31 donde poseen su mayor representación.Las particularidades y diferencias observadas en ambos espacios nos permiten movernos en dos escalas de análisis que posibilitan comprender los distintos modos de habitar el paisaje del cerro de Oyola y sus adyacencias, durante fines del primer milenio d.C. La primera escala refiere a una dinámica regional en el cual el Cerro de Oyola, con sus 38 cuevas con arte rupestre, habría conformado un ámbito de experiencias rituales tanto para la población campesina local, como destino de peregrinaje para grupos procedentes de lugares más distantes. En tal circunstancia, es posible pensar que la potencia del Cerro de Oyola no haya radicado en su centralidad, como suelen propugnar los modelos de geopolítica de la religión más frecuentes del NOA, sino en su carácter periférico y exótico. La segunda escala refiere a una dimensión más local, en la cual la construcción del paisaje ritual del Cerro de Oyola procedió según lógicas distintas a las expresadas en los espacios campesinos circundantes. Mientras que en estos el paisaje se despliega y se muestra sin restricciones por la fuerte marcación material generada por las viviendas y parcelas agrícolas aterrazadas, en aquel, en cambio, el paisaje se repliega hacia el interior oscuro de las cuevas. Las pocas estructuras halladas, se encuentran precisamente acondicionando estos espacios interiores. Mostraremos al final del trabajo que ambas escalas analizadas son un único proceso mediante el cual El Cerro de Oyola deviene en espacio liminar donde se articulan, invierten, pliegan e interaccionan regímenes de experiencia diferentes.