IDACOR   23984
INSTITUTO DE ANTROPOLOGIA DE CORDOBA
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
"Los asesinos de Barros". Una pesquisa sobre la derrota
Autor/es:
AGÜERO, ANA CLARISA; NÚÑEZ, MARÍA VICTORIA
Libro:
La reforma universitaria cuestionada
Editorial:
HyA-UNR
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2018; p. 47 - 65
Resumen:
El 26 de octubre de 1918, a días de concluida la segunda intervención nacional a la Universidad de Córdoba y consagrada la reforma, tuvo lugar una cruenta agresión a Enrique Barros, quizás el principal dirigente estudiantil reformista. Los responsables materiales fueron prontamente identificados como Manuel Tapia y Hugo Espinosa, y vinculados al adversario Comité Pro-Defensa (CPD) de la Universidad. Menos clara resulta la trama que los llevó hasta allí, estilizada por crónicas e interpretaciones de un conflicto que tendió a presentarse con pocos matices, como uno entre compactas fuerzas ?liberales? y ?católicas?. En parte por ello, el evento obró al menos en dos grandes direcciones, bien advertidas por Gardenia Vidal: por un lado, logró restituir a Barros una reputación recientemente dañada por los rumores de negociación con el yrigoyenismo; por otro, precipitó la alianza entre estudiantes y trabajadores en un grado que hasta allí se había mostrado inviable. Frente a esa dimensión política del evento, la crudeza intrínseca de la agresión que puso a Barros cerca de la muerte parece haber llevado a la superficie una serie de tensiones que excedían la coyuntura, remitían a filiaciones y disposiciones diversas y modulaban muy variadas experiencias de la reforma universitaria. Desde nuestra perspectiva, esas tensiones operaban dentro de un equilibrio que se mostró favorable a la juventud reformista a lo largo de todo el año, aunque conoció vacilaciones y sorpresas, la más notable de ellas la propia elección rectoral que abrió la fase épica de la reforma. Si el estallido pulsional de octubre aparece hoy como un gesto a deshoras del efectivo ciclo de crispación que marca la segunda mitad de 1918, una suerte de desborde sin fin práctico preciso, es indudable que dialogaba al menos con uno de los datos de ese equilibrio propiciado, en primer término, por el gobierno nacional: la inquina entre quienes se sintieron crecientemente llamados a triunfar y quienes se vieron confinados a una derrota que incluyó buenas dosis de humillación y revancha. Recuperar esa opacidad emotiva del episodio, deslindándolo de su elaboración periodística y concediendo algo a los testimonios contrastantes, puede ser una vía de acceso a una experiencia del proceso reformista que es la de los derrotados sin ser la de todos ellos, y también a una micropolítica de la reforma que no se agota en dos grandes campos adversarios ni carece de complejidad sociológica. Inicial como pueda ser, ése es nuestro intento.