INVESTIGADORES
LORENC VALCARCE Federico Mario
congresos y reuniones científicas
Título:
Estado, elites y política. Lineamientos para un programa de investigación sociológica
Autor/es:
LORENC VALCARCE, FEDERICO
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Congreso; II Encuentro Internacional Teoría y Práctica de la Política: Nuevas izquierda y nuevas derechas en el escenario regional; 2010
Institución organizadora:
Departamento de Sociología, UNMDP
Resumen:
Tras pasar revistas de algunas de las categorías sociales que podrían ser denominadas “elites” podríamos llegar a algunas conclusiones quizás demasiado arriesgadas. Podríamos pasar de una descripción de “los que mandan” (De Imaz) a una teoría del funcionamiento de la sociedad en su conjunto cuyo resorte último sería “la elite del poder” (Wright Mills). Y, sin embargo, dos razones nos impiden dar este salto. En primer lugar, el poder no es algo que un conjunto de individuos – algunos miles, algunas decenas de miles – “tienen”: este poder es esencialmente relacional, es decir “posicional”, y depende de complejos procesos sociales de delegación. El general, el gerente, el decano, no tienen capacidad de hacer que otros hagan su voluntad por ciertas propiedades individuales encarnadas en ellos. Gran parte de su autoridad deriva de procesos de investidura, de delegación colectiva de autoridad, que no tiene como depositario tanto al individuo como a la posición. El carácter relacional y colectivo del poder de las elites hace que no puedan ser pensadas como categorías estáticas, sino más bien como espacios de cristalización de relaciones sociales globales. En segundo lugar, la descripción de las categorías dirigentes y de sus acciones puede permitir comprender ciertas direcciones que el proceso social asume en determinadas circunstancias. Pero ya se nos ha dicho que “no hay poder sin resistencia” (Foucault), o lo que es lo mismo, que “el poder” no es una sustancia concentrada en algunos individuos, grupos o instituciones sino más bien una capacidad desigualmente distribuida en el cuerpo social, pero distribuida al fin. Por lo tanto, no es solamente mirando a los dominantes – sino más bien a las relaciones de dominación y, en última instancia, a las luchas sociales – que podremos comprender los equilibrios inestables que caracterizan al orden social y, de allí, entender la dinámica permanente del cambio que caracteriza a las sociedades humanas.