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En la pasada década, la economía argentina, junto con el resto de Latinoamérica, mostró un muy buen desempeño: el crecimiento económico pero, particularmente, las mejoras en las condiciones de vida de la población marcaron un quiebre con el período anterior, iniciado a mediados de los setenta. Lamentablemente, en los años recientes éstas últimas mejoras han desaparecido, sin que las condiciones de vida de la población hayan alcanzado sus mejores niveles históricos.En este marco, la ponencia señala que la economía argentina no ha logrado resolver sus rasgos estructurales: la baja y decreciente productividad relativa a escala internacional. Ello conlleva la necesidad de fuentes de compensación para los mayores costos, papel cumplido históricamente por la renta de la tierra (cuyo flujo al país está fundamentalmente determinado por la dinámica capitalista a escala planetaria), a la que se adiciona desde mediados de los setenta, en el marco de la denominada nueva división internacional del trabajo, el deprimido salario real. Así, los límites y complejidades que enfrentamos hoy, con todas sus novedades (incluyendo las condiciones políticas bajo las cuales se manifiestan), son una nueva expresión de un ciclo que operó durante todo el siglo XX: la dinámica económica y laboral se encuentra vinculada a la relación entre la magnitud de las necesidades de compensaciones y la disponibilidad de estas últimas. En este sentido, se puede plantear que el crecimiento argentino de la última década estuvo fuertemente vinculado, primero, al brutal descenso del salario real como consecuencia de la salida de la convertibilidad y, luego, al creciente flujo de renta de la tierra (fruto de los elevadísimos precios internacionales de las materias primas) el cual, a partir de distintos mecanismos de redistribución permitió feliz, aunque temporalmente, levantar los límites que la estructura productiva impone sobre las condiciones de vida de la población. En este marco, los problemas actuales de la economía nacional, bajo la forma de la denominada ?restricción externa?, ponen de manifiesto el límite impuesto por la magnitud de las fuentes de compensación; no en vano en el último año ha descendido el salario real, a la par que un posible nuevo endeudamiento externo ha comenzado a considerarse una opción. Para analizar los cambiantes escenarios y las posibles tendencias a futuro se analizarán datos de largo plazo (1935-2014) de Argentina y Estados Unidos de variables como los ingresos laborales, la productividad, el empleo y el producto.

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