La aventura del ascenso. Arqutiectura metropolitana para la nueva capital. Buenos Aires 1900-1930.

BONICATTO, VIRGINIA

Mar del Plata

Jornada; XVI JORNADAS INTERESCUELAS/DEPARTAMENTOS DE HISTORIA; 2017

UNMDP

A comienzos de siglo XX, las vertiginosas transformaciones que venían de la mano del progreso y metropolización que se daban en los grandes centros urbanos dieron a muchas ciudades de Latinoamérica un ?aire de irreprimible e ilimitada aventura?. Las palabras de José Luis Romero se refieren, entre otros casos latinoamericanos, a la ciudad de Buenos Aires. Precisamente, a partir de 1880, definida la ciudad como sede permanente de la Capital Nacional, se iniciaron numerosas intervenciones físicas que transformaron radicalmente su imagen: la apertura y ensanches de calles y avenidas, la extensión de la electrificación y las redes de transporte se dieron a la par de la construcción de edificios administrativos destinados a albergar los poderes del Estado nacional. En este escenario de múltiples transformaciones competían los valores capitalinos en relación a su centralidad, organización, tradiciones o estabilidad con las libertades metropolitanas: la disolución de valores, la articulación de flujos de capital, de bienes y de personas. En el plano de la arquitectura convivían, por un lado, los programas estatales -sedes gubernamentales, escuelas, hospitales- que, como demostró Claudia Shmidt, buscaban en la tipología del palacio dar el carácter adecuado a los valores de nueva Capital y por otro, aquella arquitectura privada -sedes empresariales, edificios de actividades terciarias y servicios comerciales- que nacía como producto de la modernización y metropolización de una ciudad que se incorporaba como un nodo más a la red metropolitana mundial. Teniendo en cuenta lo dicho, se plantea una indagación sobre aquellos edificios en altura que fueron el resultado de la implantación de sedes terciarias en Buenos Aires. Estructuras edilicias que formaron parte de una discusión más amplia sobre el devenir arquitectónico y constructivo que se estaba produciendo en los centros metropolitanos desde los fines de siglo XIX, en el que el eclecticismo se convertía en la norma, y las libertades individuales propias del liberalismo económico y político se correspondían con la voluntad de hacer de la arquitectura urbana un conjunto de muestras únicas y sobresalientes.Para ello, el presente trabajo propone poner en discusión encargos privados tales como el Railway Building (1907-1910, la Compañía Argentina de Navegación ?Nicolás Mihanovich? Ltda. (-1912), el edificio Dreyfuss (1923-1925) o el edificio Bunge y Born (1923-1926) y analizar las lógicas entre comitentes y proyectistas entendidas como manifestaciones de problemas propios de la metropolización. Finalmente, se indagará la tensión entre el concepto de capital y metrópolis a partir de la presencia material de estos edificios y el lugar que ocuparon en el espacio urbano en el proceso que consolidaría a Buenos Aires como la Capital Federal de la República Argentina.