INVESTIGADORES
AVALLE Gerardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Islas de resistencias y modos de habitar la tierra
Autor/es:
GERARDO AVALLE; PAULA DANIELA REINOSO
Lugar:
Resistencia
Reunión:
Congreso; Cuartas Jornadas Internacionales sobre Conflictos y Problemáticas Sociales y Sextas Jornadas Interdisciplinarias sobre Conflictos y Problemáticas Sociales en la Región del Gran Chaco; 2019
Institución organizadora:
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE
Resumen:
Los usos y significados de la tierra de las comunidades originarias asumen una configuración y una fisonomía en todo contradictorias con las disposiciones que tiene el capitalismo sobre ella. En este trabajo problematizamos esas cosmovisiones o formas de vida en/con la tierra de una comunidad situada en el Valle de Punilla de la provincia de Córdoba, ?Los Ticas?.Específicamente, el conflicto que identificamos remite a un uso incompatible entre dos formas de concebir, proteger y valorizar el territorio. Por un lado, aquel que ofrece la comunidad originaria en cuestión, donde la tierra asume un uso/fisonomía triádico (el espacio de lo común, el espacio de recuperación de la biodiversidad autóctona, y el espacio de preservación de la fauna y el monte), versus el formato institucional que ofrece la ?gubernamentalidad neoliberal? (Ciuffolini, 2018; Laval y Dardot, 2009; Foucault, 2007) como símbolo de desarrollo, avance e inclusión al mundo moderno, consistente en trazado de calles, extensión de servicios y loteos. Todo ello generado en el marco de un desarrollo turístico cada vez más fuerte y planificado, donde el capital inmobiliario avanza y se territorializa -amparado por las políticas estatales- despojando poblaciones y bienes comunes.Lo que advertimos aquí es la presencia de una concepción de lo ?común? que se encuentra en disputa, el territorio aparece como el lugar de vida, encuentro, producción y subsistencia/reproducción, pero no a modo individual, ni familiar, sino comunitario, aspecto que colisiona con las formas de subjetivación que presenta el derecho neoliberal, puesto que la clave de traducción de la demanda de reconocimiento de la propiedad de la tierra requiere un ingreso al sistema público como propietarios individuales. Habitar el territorio bajo la lógica comunitaria no borra al individuo, sino que lo potencia en términos de pertenencia a una comunidad, sujetos anclados, localizados, referenciados, con tradiciones, prácticas y saberes que operan como islas de resistencia frente a la depredación urbana y la mercantilización de las formas de vida. Es una tensión constante entre el derecho a una vida comunitaria, y el sujeto neoliberal flexible, frágil y móvil. El territorio es, en definitiva, la plataforma desde la cual se erige toda una comunidad y cuyas huellas pueden rastrearse hasta tiempos pre-capitalistas.Para ello, proponemos hacerlo desde una perspectiva socio-espacial (Betancourt, 2015) buscando las herramientas conceptuales y metodológicas en la amplia literatura de la geografía crítica contemporánea. Desde allí, y con gran influencia de los movimientos indígenas y campesinos, Porto Gonçalves, define al territorio como una ?categoría espesa que presupone un espacio geográfico que es apropiado y este proceso de apropiación ?territorialización- enseja identidades ?territorialidades- que están inscritas en los procesos siendo, por tanto, dinámicas y mutables, materializando en cada momento un determinado orden, una determinada configuración territorial? (2009: 44).Es así que la tríada territorio-territorialización-territorialidad es un proceso social ?que se encuentra en permanente cambio y es esencialmente político, por lo que envuelve relaciones de poder y formas de ser-saber-hacer- en/con/sobre un espacio geográfico, que entran en conflicto? (Betancourt, 2015: 37). De ahí que hablemos de muchos territorios, y no de uno. Para poder dar cuenta de estas cosmovisiones y vivencias del territorio y los conflictos que emergen con otros/as pretendemos -en un primer momento- trabajar con las trayectorias de vida de referentes de la comunidad ?Tica?, poniendo énfasis en la dimensión experiencial del relatos, antes que o solamente en, lo discursivo, de modo tal de recuperar aquello que ofrece el sustrato y la pragmática de lo cotidiano y revela el sentido histórico del espacio y sus tensiones.