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Esta investigación aborda las prácticas y estrategias desarrolladas por los jueces de paz en su función de mediadores entre la institución judicial, la ley y los habitantes de un espacio político que surge como resultado de la nacionalización de las tierras de la frontera interior dentro del proceso general de consolidación del estado argentino a fines del siglo XIX. Se trata de desentrañar los mecanismos que utilizaron los agentes legales para reconducir los canales de circulación de la ley de acuerdo a las necesidades locales y adaptando las instrucciones dispuestas por la superioridad estatal. La actuación del juez lego en los asuntos destinados a mantener el orden interno lo hacía depositario de una representación social capaz de legitimar su autoridad y conocimientos, y en algunos casos, esta situación contribuyó a idealizar su imagen hasta instituirlos en especialistas profanos con unos saberes que los diferenciaban del resto de la población. Esas mismas habilidades que otorgaba la práctica judicial se relacionaban con procedimientos que no siempre respondían a un sistema de reglas y mandatos resultado del conocimiento técnico-legal del funcionario, sino con la cualidad del juez para legitimar procedimientos no del todo autorizados o institucionalizados en una sociedad de frontera en la que reinaba el entusiasmo de la novedad y la ambición de prosperidad. La base que sustenta la investigación esta formada por los acuerdos, negociaciones y especialmente por las redefiniciones que ensayaron los jueces de paz de un área periférica sobre el tipo de estado que se estaba construyendo. La mayor parte de los cuestionamientos se vinculaban con el carácter de las instituciones de los Territorios Nacionales y los principios que las regían, con la funcionalidad de la estructura jerárquica de poder que definía la relación entre funcionarios, y específicamente con la concepción y la forma de administrar justicia.

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