IDEAN   23403
INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS "DON PABLO GROEBER"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Aspectos sobre el origen y emplazamiento de la faja ofiolítica de la Precordillera occidental sanjuanina, Departamento Calingasta
Autor/es:
ARIZA, J.P.; PÉREZ LUJÁN, S.B.; BOEDO, F.L.; VUJOVICH, G.I.; MARTÍNEZ, M.P.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Resumen:
occidental de Precordillera, indicaría una zona de sutura entre los terrenos de Cuyania y Chilenia (Ramos et al. 1986, Davis et al. 2000, entre otros). Estos terrenos se habrían amalgamado a fines del Devónico tal como lo evidencia la relación mediante discordancia fuertemente angular entre rocas eo y mesopaleozoicas y aquellas del Carbonífero inferior (Formación El Ratón). Se presentan aquí resultados preliminares de un estudio geológico más amplio realizado sobre el borde occidental de la Precordillera; la zona de detalle sobre la cual se centran las observaciones se ubica en el departamento Calingasta, San Juan (31º20?LS -69º20?LO). En esta contribución se analizan algunos aspectos relacionados con la génesis de esta faja de rocas al mismo tiempo que se precisan detalles sobre el emplazamiento tectónico de la misma. El carácter ofiolítico de esta faja de rocas metaígneas básicas/ultrabásicas y metasedimentarias asociadas ha sido reconocido en trabajos previos (Ramos et al. 1986, Boedo et al. 2013, entre otros). Estas unidades se habrían generado en un fondo oceánico de profundidad moderada (Astini et al. 1995), asociado a expansión. En el sector analizado no se han encontrado rocas ultramáficas, mientras que las rocas máficas presentes yacen de tres maneras predominantes: cuerpos de gabros en relación de intrusividad (tienen menor representatividad a escala de los afloramientos), cuerpos tabulares de diabasas a modo de filones capa (diques en escasa o nula proporción) y mantos de basaltos con estructura de lavas almohadilladas. Tanto para los cuerpos plutónicos como para los hipabisales la roca huésped está representada por las metasedimentitas de la Formación Alcaparrosa. Petrológicamente, las rocas efusivas e hipabisales se caracterizan por el desarrollo de texturas porfíricas con fenocristales de plagioclasa y piroxeno en una pasta de igual composición parcial y totalmente argilitizada. La mineralogía secundaria de estas rocas está caracterizada por clorita, anfíbol (tremolita-actinolita) distribuidos en venillas que cortan la estructura y mineralogía primaria, y calcita+epidoto en menor proporción que los anteriores, diseminados en la pasta a modo de parches. Las rocas metasedimentarias de la Formación Alcaparrosa, consisten en una alternancia de areniscas finas y lutitas que se intercalan con bancos de areniscas gruesas a medias, de potencia variable entre 50 y 70 cm en promedio. Internamente se puede reconocer paquetes de roca que en conjunto corresponderían a secuencias de HCS (hummoky cross stratification). La deformación que caracteriza a las unidades del Paleozoico inferior fue analizada por von Gosen (1995) y Davis et al. (2000). En el área de estudio está representada principalmente por plegamiento cerrado con desarrollo de un conspicuo clivaje de plano axial. Esta deformación está asociada a metamorfismo en facies de esquistos verdes baja. Los planos axiales de los pliegues se orientan principalmente en sentido NO-SE aunque en algunos sectores se reconoce una posición variable desde N-S hasta E-O. A escala microtectónica las unidades metasedimentarias presentan una foliación metamórfica definida por la orientación preferencial de minerales del grupo de los filosilicatos y clastos de cuarzo elongados con los ejes mayores orientados paralelamente a dicha foliación (Ariza et al. 2013). En las rocas básicas y metasedimentarias asociadas se han reconocido al menos dos estadios de deformación superpuestos y en los cuales se puede ver un cambio desde mecanismos de deformación dúctil en el más antiguo a frágil en el segundo. La orientación de ambos planos de foliación (planos de acortamiento de la deformación finita para cada caso) es ligeramente oblicua y los indicadores cinemáticos acusan que la microcizalla a lo largo de los mismos es tanto dextrógira como levógira. Ambos planos de foliación estarían genéticamente relacionados con el plegamiento que caracteriza a esta unidad. Los aspectos petrológicos de las rocas máficas, de manera conjunta con el modo de yacer de estos cuerpos permite pensar que los mismos se intruyeron y extruyeron en un ambiente de dorsal meso-oceánica. Los procesos metasomáticos, representados principalmente por venillas de espesores variables de clorita y tremolita-actinolita, cortan la estructura y mineralogía primaria de la roca. Tales venillas se observan afectadas por los planos de foliación descriptos precedentemente, lo cual permite pensar que el proceso metasomático debió producirse previamente al emplazamiento tectónico de estas unidades. Las elevadas proporciones de clorita son consistentes con la parte basal de la sección volcánica, dentro del esquema clásico de una dorsal, mientras que el proceso de mineralización en venillas estaría relacionado con el metasomatismo de fondo oceánico. La ausencia y escasez de cuerpos básicos discordantes (diques) podría ser el resultado de dos procesos: a) que se hayan generado y por procesos tectónicos estén suprimidos localmente; b) que el centro emisor sea compatible con una dorsal de lenta expansión donde prevalecen los cuerpos tabulares a modo de filones capa sobre los diques. La profundidad del fondo oceánico presenta una serie de controversias sobre las interpretaciones batimétricas realizadas a partir del estudio de las estructuras HCS, ya que en algunos casos son interpretadas como estructuras típicas de plataforma marina, aunque recientemente Morsilli y Pomar (2012) sostienen que este tipo de estructuras estarían asociadas a corrientes de turbidez en ambientes de mayor profundidad. La relación entre la estructura-mineralogía primaria de las rocas metaígneas y metasedimentarias descriptas y aquellas adquiridas de manera secundaria, permite ordenar los sucesos de manera relativa en el tiempo. El hecho de no contar aun con edades de formación de los minerales secundarios impide precisar con mayor exactitud el momento en que se produjo cada proceso descripto. Sin embargo, datos regionales obtenidos por diversos investigadores asignan la edad del metamorfismo de estas rocas al Devónico tardío (Davis et al. 2000, entre otros). Actualmente se está estudiando la relación que existe entre las dos fases de deformación descriptas. La hipótesis de que ambas estructuras sean el resultado de un mismo evento progresivo en el tiempo implicaría que la profundidad a la cual se estructuró esta unidad habría cambiado a través del tiempo, desde presiones de 0,2 GPa (facies de esquistos verdes baja) a inferiores, lo cual queda evidenciado por el cambio en el mecanismo de deformación.