INVESTIGADORES
ARCE Rafael Gerardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Blanchot: la experiencia de la imagen.
Autor/es:
ARCE, RAFAEL
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; X Congreso Internacional Orbis Tertius; 2019
Resumen:
El lenguaje puesto en imágenes o el lenguaje imaginario constituyen para Maurice Blanchot uno de los modos de la experiencia literaria. La literatura moderna opera una 'imaginarización' de lenguaje que critica de modo simultáneo el régimen representativo de los signos y la posible tautología de una 'literatura de la literatura' que prolongaría ese mismo régimen como autorrepresentación de sí misma.Como la mayoría de las nociones blanchotianas, la imagen posee un sentido paradójico. Pues un pensar que converge con la crítica moderna al dispositivo óptico intrínseco a la metafísica de la presencia, vuelve no obstante de modo incesante sobre una serie de figuras que parecieran corresponderle: la mirada, la fascinación, la imagen y lo imaginario. Para Michel Foucault, el acontecimiento por el cual la episteme clásica entra en crisis a fines del siglo XVIII desanudó la concepción del lenguaje del régimen representativo. El lenguaje deja de pensarse como discurso, en una deriva de la que acusan recibo tanto la literatura como la filosofía a lo largo del siglo XIX. El lenguaje pierde su transparencia representativa y se vuelve opaco, material, problemático. La literatura se vuelve interrogación de sí misma, de su propio estatuto.Para Blanchot, escribir no es ni adoptar un lenguaje figurado ni expresar figurativamente una idea o afecto. Escribir es poner el lenguaje en imagen o concebir un lenguaje imaginario. Si el clasicismo concebía al lenguaje en su transparencia representativa, los modernos separan las palabras de las cosas. No obstante, experiencias como las de Mallarmé parecen conducir al camino sin salida de la mera autorrepresentación. La imagen blanchotiana daría cuenta de un movimiento por el que la escritura ni se pliega a la representación ni se encierra en sí misma. La imagen blanchotiana se opone a lo real como lo que, atrapado en las redes simbólicas de lo discursivo, se da como mundo estable, racional y con sentido. Lo imaginario implica una experiencia de lo irreal no como lo que no existe, sino como lo que los discursos que vuelven significativo y estable el mundo han expulsado de la experiencia. La escritura sería esa experiencia por la que el mundo perdería su cohesión significativa y aparecería en su materialidad muda.