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Desde el inicio de mi trabajo de campo en organizaciones de desocupados del distrito de La Matanza-Gran Buenos Aires-, me impactó el funcionamiento de grupos de personas numericamente variables coordinados por la figura de referentes o dirigentes locales, que en los cortes de ruta compartían su vida en las carpas, en lo barrios se reunían diariamente para trabajar con los planes (programas estatales de ocupación transitoria), y cuando marchaban hacia la Ciudad de Buenos Aires caminaban muy juntos, cargando sillitas, banquitos, termos, mates y bolsos. Indagar la formación y funcionamiento de estos grupos se constituyó en un objetivo de mi investigación. En particular, reconstruí los modos de relación entre los referentes barriales y los habitantes de los barrios, prestando especial atención al lugar de los planes de empleo y otros recursos estatales en esas relaciones y a la regulación que se ejercía sobre esos vínculos desde tradiciones político-gremiales. En este capítulo, entonces, analizo el proceso de formación de grupos barriales en torno a la figura de líderes locales y la manera en que éstos se articulan transitoriamente en distintos espacios de poder. En los trabajos académicos sobre el movimiento piquetero, un denominador común es el uso analítico de un esquema dicotómico que contrapone el barrio al mundo del trabajo. Este instrumento de análisis aporta en el sentido de localizar problemas de investigación, pero en términos de interpretación tanto el barrio como el mundo del trabajo aparecen como categorías homogéneas. En este capítulo propongo descentrar la mirada del barrio como totalidad y colocar el objeto de indagación en la formación y funcionamiento de grupos barriales coordinados por la figura de líderes locales, para mostrar cómo esos vínculos cobran relevancia para la acción dentro de tramas más amplias de relaciones políticas y cotidianas.

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