INVESTIGADORES
SANCHEZ Dario Nestor
capítulos de libros
Título:
Desigualdad y constitución en la Política de Aristóteles
Autor/es:
SÁNCHEZ VENDRAMINI, DARÍO NÉSTOR
Libro:
Diálogos entre Cultura e Poder
Editorial:
NEMED
Referencias:
Lugar: Curitiba; Año: 2022;
Resumen:
La Política aristotélica no es , en el plano teórico, un tratado unitario. Sin embargo, mi argumento en este trabajo es que existe una línea de continuidad fundamental que conecta todos los temas considerados por Aristóteles en esta obra. Se trata del problema de la desigualdad. En efecto, la desigualdad es una preocupación central del filósofo a lo largo de toda la Política. Su teoría ética parte de la premisa de que la buena vida que los seres humanos deberían esforzarse por alcanzar sólo es posible si se cuenta con los recursos necesarios para llevarla adelante. Para la buena vida se requiere, no sólo poseer condiciones psíquicas y físicas adecuadas (lo que el filósofo denomina los bienes del alma y los del cuerpo), sino también contar con recursos económicos que permitan disponer de ocio (los bienes externos). Pero esos recursos representan sólo una condición necesaria para la buena vida, no una suficiente. El individuo que cuenta con esos tres tipos de bienes necesita también habitar en una polis, ya que ella es para Aristóteles el único marco en que la buena vida es posible. Por eso la polis es para el filósofo la más perfecta de todos los tipos de comunidades humanas, la que surge para preservar la vida pero sigue existiendo con el propósito de la buena vida (εὖ ζῆν). Sin embargo, contar con los bienes necesarios y vivir en una polis tampoco es suficiente para alcanzar la buena vida. También hace falta que esa polis cuente con un orden interno, es decir, con un régimen o constitución, que permita a sus ciudadanos concretar ese ideal en la práctica.Para poder realizar el ideal de la buena vida se requiere entonces de bienes internos, bienes externos y de un contexto favorable. En otras palabras, es necesaria una constelación compleja e improbable de condiciones y posibilidades que no será fácil de alcanzar, al menos no para la mayoría. Aristóteles es, en efecto, plenamente consciente de que la realidad económica y tecnológica de su tiempo sólo coloca los bienes externos que permiten el ocio a disposición de unos pocos individuos y de que, para que ellos alcancen esa condición, es necesario que muchos otros carezcan de los mismos y se encuentren en una posición subordinada. En otras palabras, para que algunos puedan alcanzar la buena vida es necesario que otros lleven adelante el trabajo físico que les permita liberarse de esta pesada carga y acceder al ocio que les posibilitará concentrarse en tareas más elevadas. De allí resulta que sea necesario definir dónde se trazará el límite entre quienes forman parte del cuerpo político de la comunidad y quienes quedan excluidos de éste. La desigualdad es, entonces, un tema central de la Política, porque Aristóteles asume que tanto la buena vida como la vida política nunca podrían ser universales, y de allí que se plantee el problema práctico de dónde trazar el límite entre los que accederán a estas formas de vida y los que quedarán excluidos. Sin embargo, como veremos, Aristóteles se resiste a definir una frontera precisa aplicable a todos los casos.