INVESTIGADORES
TOMASSINI Rodrigo Leandro
congresos y reuniones científicas
Título:
Facies de tufa en ambientes fluviales del Pleistoceno tardío, río Quequén Salado, provincia de Buenos Aires, Argentina
Autor/es:
BEILINSON, ELISA; TOMASSINI, RODRIGO; ZÁRATE, MARCELO; RABASSA, JORGE; GASPARINI, GERMÁN; DESCHAMPS, CECILIA; RUELLA, AGUSTÍN
Lugar:
Córdoba (Córdoba)
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
El río Quequén Salado presenta un perfil longitudinal caracterizado, en sus secciones media e inferior, por la presencia de cascadas y rápidos cada 1 o 2 km, mientras que su canal puede alcanzar 15 a 20 m de ancho. En este trabajo se analizan afloramientos de tufas (sensu Ford y Pedley, 1996) identificados a lo largo de dicho cauce, principalmente en el paraje Cueva del Tigre (38° 50´2,2´´S y 60° 32´7,1´´O); se estudia el ambiente depositacional mediante el análisis de las facies carbonáticas y no carbonáticas y se elabora un modelo de facies. Afloramientos similares se han identificado en otras localidades de la provincia de Buenos Aires como los valles del río Quequén Grande, de los arroyos Pecado Castigado, Chasicó, Sanquilcó y laguna Epecuén. Su estudio y posible correlación está planteado para instancias más avanzadas del proyecto en curso. En Cueva del Tigre, la sucesión sedimentaria consiste en dos unidades estratigráficas. La inferior, de 1,70 m de espesor y geometría tabular, muestra la alternancia entre niveles de limolitas gruesas arenosas y arcilitas. La superior se presenta como un cuerpo lenticular carbonático con una potencia máxima de 2,50 metros y una extensión lateral de decenas de metros. Su base es cóncava e irregular, mostrando una interdigitación con los depósitos no carbonáticos que le subyacen. A partir de estudios sedimentológicos y petrográficos de ambas unidades se identificaron facies sedimentarias. La descripción de las facies de tufa así como el modelo de facies se hizo de acuerdo a la clasificación de Arenas-Abad et al. (2010) en la que se vincula el arreglo vertical de facies de tufa con diferentes ambientes depositacionales. La descripción de las facies silicoclásticas sigue a Miall (2006) (Tabla 1). Se pudieron identificar tres tipos de secuencias de facies (sensu Arenas-Abad et al., 2010). Secuencia vertical aluvial-palustre: esta secuencia representa depósitos de planicie de inundación a los que le siguen depósitos de cuerpos de agua someros o lacustres marginales, principalmente de naturaleza silicoclástica. Esto incluye niveles asignados a las facies Fm y Fl, de cuerpos tabulares de limolitas arenosas moteadas, masivas o con laminación horizontal relictual, con moldes de canales radicales (raicillas), a los que le sigue un nivel de arcilitas oliva pálido (10Y 6/2) donde se observaron también moldes de canales radicales, restos vegetales y valvas de gasterópodos. Continúan depósitos de la facies Sb en los que se distinguen limolitas gruesas que pasan gradualmente a arcilitas. Este cambio en la granulometría se ve acompañado por un cambio en el contenido bioclástico, que comienza con valvas indeterminables muy fragmentadas y pequeñas y culmina con valvas completas de gasterópodos, transportadas y sin orientación preferencial. Finalmente se interpreta la instalación de abundante vegetación en un ambiente palustre, la cual conformó un framestone de macrofitas (facies Lst 1) y posteriormente el desarrollo de la facies Lph, caracterizada por rudstones y floatstones de fitoclastos con matriz micrítica y malacofauna. Secuencia vertical de tufa fluvio-lacustre: esta secuencia registra la acumulación fluvial de depósitos ricos en intraclastos y fitoclastos, seguida por la sedimentación en ambientes lacustres y/o palustres. La sucesión comienza con la acumulación dentro de un canal fluvial de fitoclastos producto de la ruptura de depósitos palustres (facies Lph) a la que le suceden depósitos estromatolíticos (facies Ls) formados en sectores de alta energía dentro del cauce fluvial. Se observan también niveles de conglomerados lentiformes, con arreglo caótico (facies G), interpretados como eventos de alta energía dentro del ambiente fluvial o camadas de acarreo que generan erosión en las márgenes de los canales. El comienzo de la acumulación en condiciones palustres está representado por parches de boundstones de algas, con formas arbustivas calcificadas, verticales o inclinadas, alternando con formas laminares (facies Lch). Las condiciones palustres podrían ser consecuencia del abandono del canal. La secuencia remata con depósitos de mudstones, wackestones y floatstones masivos, raramente laminados (facies Lbg) que se asignan a áreas encharcadas en los márgenes fluviales o a condiciones palustres. Secuencia vertical de tufa fluvial con desarrollo de barreras y/o cascadas: esta sucesión es la más potente, con casi 2,50 m. Se caracteriza por grandes fitoclastos rodeados de matriz micrítica (facies Lph) que se habrían acumulado en ciertos sectores de los cauces fluviales generando barreras. Estos depósitos son sucedidos por depósitos laminares de la facies Ls, interpretados como una etapa de crecimiento de la barrera por actividad de musgos y algas. Este crecimiento podría haber llevado al desarrollo de pequeños rápidos o cascadas, muy similares a las actuales, donde crecieron macrofitas colgantes (facies Lst 2). Detrás de la cortina de agua se habrían formado cuevas donde se desarrollaron depósitos botroidales, asignados a la facies Lsp. Aguas arriba de la barrera se acumularon areniscas y margas con malacofauna retrabajada y fragmentos de macrofitas (facies Lbg) reflejando condiciones palustres o de márgenes fluviales calmos y someros. El contexto geomorfológico suele muchas veces actuar como el control dominante sobre el estilo depositacional de las tufas fluviales (García-García et al., 2014). Este podría ser el caso de las tufas bajo estudio, donde la depositación estuvo influenciada por la anchura del valle fluvial y por su gradiente (condicionado por la litología de la roca de caja), lo que habría controlado los resaltos y cascadas que tuvieron lugar. El conjunto de rocas estudiadas integran parte de la potente secuencia sedimentaria del Cuaternario fluvial de este valle. Los estratos entre los cuales se ubican estas rocas son portadores de restos fósiles de Edad Mamífero Lujanense. La ocurrencia de rocas similares en varias localidades del valle y en otros valles del sector, sugiere la posibilidad de proponer un nuevo miembro de la secuencia fluvio-lacustre del Pleistoceno tardío-Holoceno que caracteriza a los valles fluviales de la región, posiblemente correlacionables con secuencias fluviales reunidas en la Fm. Agua Blanca en el río Sauce Grande o en la Fm. Luján en el norte de la provincia de Buenos Aires. El trabajo de correlación lito y cronoestratigráfica está actualmente en marcha, por lo que se esperan resultados más puntuales a la brevedad. Se están realizando estudios de los palinomorfos, ostrácodos y diatomeas incorporados a la masa carbonática durante el proceso de precipitación para enriquecer la interpretación paleoambiental. Así mismo, se realizarán análisis de isótopos estables de C y O en los carbonatos. Se han tomado muestras de moluscos de los niveles infrayacentes a la tufa y de la tufa para su datación mediante 14C.