INVESTIGADORES
FERRANTE Carolina
congresos y reuniones científicas
Título:
La violencia simbólica: una relación de dominación encarnada
Autor/es:
CAROLINA FERRANTE
Lugar:
San Martín
Reunión:
Simposio; II Simposio Merleau-Ponty. Vida y cuerpo. Perspectivas científicas, simbólicas y políticas.; 2009
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Martín, Escuela de Humanidades.
Resumen:
Para Bourdieu (1999) la violencia simbólica es una coerción que se funda en una adhesión que el dominado no puede evitar entregar al dominante y, por ello, a la dominación cuando solo posee para pensarlo y pensarse o para pensar su relación con él instrumentos de conocimiento que comparten y que hacen que dicha relación se presente como natural. El habitus constituye la energía potencial latente y, el lugar, de donde la violencia simbólica obtiene su mágica eficacia. El poder simbólico solo se ejerce con la complicidad de quienes lo padecen porque colaboran a constituirlo como tal y encuentra su raíz en una creencia tácita (en tanto ignorada) y práctica que se ha vuelto viable a través de la habituación resultante del adiestramiento del cuerpo (Bourdieu, 1999). La misma funda una intencionalidad práctica (Bourdieu, 1999) que se arraiga en un modo de mantener y llevar el cuerpo (en una hexis corporal), que sedimenta y se traduce en una relación estructurada y estructuradora con el entorno. Es por esto que, para el sociólogo francés, el análisis fenomenológico, leído en clave política, posee la virtud de recordar aquello que, particularmente, se inhibe o ignora: existe una adhesión dóxica que une a todos los agentes sociales a un mundo social. Ahora bien, ¿cuál es la labor de socialización necesaria para producir unos agentes que poseen esquemas de percepción y de valoración ajustados a un orden social o a un campo específico? Una respuesta a esta pregunta puede encontrarse en Meditaciones Pascalianas, donde es posible rastrear una teoría disposicional de las prácticas, heredera de la fenomenología de Merleau-Ponty, que permite comprender la dominación social superando tanto las miradas mecanicistas como las derivadas de la filosofía de la conciencia (Bourdieu, 1999). En este sentido, creemos que, rescatar la concepción del fenomenólogo francés de esquema corporal en tanto forma dinámica y libidinal, esclarece y complejiza el abordaje del poder simbólico en Bourdieu. Si para Merleau Ponty (1979) la adquisición de un hábito a través del cuerpo reside en la posibilidad de unirme y actuar en un mundo pre-dado, en Bourdieu, esta adhesión implica la sumisión e incorporación de una visión del mundo que contribuye a incorporar en forma de afecto una relación de dominación arbitraria. (Bourdieu, 1999). En este trabajo describiremos el proceso a través del cual la violencia simbólica deviene una "relación social somatizada" (Bourdieu, 1999:236). Con tal finalidad nos concentraremos en hacer explícito como dicho proceso puede ser entendido a partir de la concepción de la motricidad como intencionalidad operante, puesta de manifiesto a través de la motricidad y la sexualidad. La justificación para establecer este diálogo deriva de la creencia de que solo en la profundización teórica de estos aspectos encontraremos las herramientas para analizar sociológicamente las relaciones de dominación evitando caer en una mirada reproductora.