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En los últimos años la organización de los Clubes de Madres se convirtió en un recurso de la comunidad para afrontar las distintas situaciones por las que atraviesan las mismas. Si bien esta alternativa no modifica, en lo inmediato, las condiciones estructurales, si permite impulsar un desarrollo individual y una construcción grupal. Les brinda a las madres la posibilidad de pasar de un estado de necesidad a la construcción solidaria de un proyecto de superación. La finalidad de este trabajo es analizar dos experiencias de grupos de madres desarrolladas en dos espacios geográficos distantes, -Bº San Martín, Tucumán y Los Toldos, Salta- los cuales responden a comunidades vulnerables de la sociedad. La metodología utilizada se basa en la descripción etnográfica de la realidad investigada. Para lograr esto se realizaron reuniones con los diferentes Clubes de Madres, se entablaron diálogos formales e informales con los miembros de los mismos, con informantes claves y con la población en general. La información obtenida se complementó con observación con participación que permitió lograr una mejor comprensión de la realidad y se analizaron fuentes secundarias bibliográficas, documentales y registros. La organización de grupos de madres se convierte en un espacio de revalorización de la capacidad y autoestima de las mujeres, brindándoles un lugar desde el cual poder trabajar tanto para sus familias como para la comunidad. Saber y poder aprovechar estos espacios de participación, les permite tomar decisiones para alcanzar los objetivos propuestos. Desde el Trabajo Social se prioriza la organización y el fortalecimiento de estos grupos, estimulando la búsqueda de alternativas para enfrentar los problemas de la realidad cotidiana, promoviendo el diálogo y el consenso.

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