INVESTIGADORES
ZARRILLI Adrian Gustavo
capítulos de libros
Título:
POlítica forestal argentina. El rol de las corporaciones empresariales en un nuevo escenario productivo (1980-2010)
Autor/es:
ZARRILLI ADRIAN GUSTAVO
Libro:
Corporaciones agrarias y políticas públicas
Editorial:
Prohistoria
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2013; p. 63 - 87
Resumen:
Política forestal argentina. El rol de las corporaciones empresariales en un nuevo escenario productivo (1980-2010)                                                                          Adrián Zarrilli (UNQ-CONICET)   1.      La evolución del sector forestal en las últimas décadas La gran diversidad de las formaciones boscosas en la Argentina es una de las fuentes de incertidumbre en las estadísticas sobre la superficie forestal y seguramente explica en parte las diferencias que aparecen en las distintas valuaciones. Pero además esto último pone en evidencia las tradicionales carencias técnico-administrativas y en general la poca importancia otorgada al sector forestal en el país.             Si se observa la evolución del uso de la tierra desde 1960, se advierte un cuadro bastante estable en el cual la superficie total no se altera y apenas destaca un cierto avance de la agricultura (particularmente de las tierras arables en desmedro de las “praderas y pastos permanentes”). Las tendencias generales desde mitad del presente siglo indican que: 1) la frontera agrícola ha avanzado, 2) el avance de las tierras arables ha significado un desplazamiento de los espacios destinados a pastoreos, los cuales, a su vez, se han ampliado (frontera ganadera) a expensas de las áreas con bosques y montes forestales, y 3) los bosques, que por diversos motivos representan el uso más marginal y residual, han sufrido el avance del pastoreo y de  la agricultura, y además han sido sometidos a un uso más intensivo y selectivo que en el pasado (Corradini, 1993). En este contexto es conveniente sintetizar el inicio del proceso de desforestación. El mismo comenzó ya con los inicios de la colonización europea. A pesar de esto, hasta el presente siglo la destrucción de los bosques ha sido bastante limitada, probablemente gracias a su marginalidad geográfica y a la escasa presión demográfica. Hacia inicios del siglo XX, las estimaciones arrojaban una superficie boscosa cercana a un tercio de la superficie del país, es decir casi 100 millones de ha. Mientras que las informaciones más recientes dan cuenta de la existencia de apenas unas 36 millones de ha de superficie forestal -es decir, cerca del 13% del país, menos de la mitad de lo que existía a principios de siglo-, de las cuales solamente serían utilizables desde el punto de vista económico aproximadamente 15 millones de ha de bosques nativos y unas 800.000 ha de bosques implantados. El proceso de deforestación y/o abandono de bosques que esas cifras evidencian parece haber resultado principalmente de diferentes factores naturales, culturales y regulatorios, y en menor medida de procesos que en diversos países latinoamericanos tradicionalmente se reconocen como principales causas del fenómeno, a saber: pobreza, escasez de tierras para agricultura y ganadería, producción energética, desarrollo de la infraestructura física, etc. En ese sentido el caso argentino presenta particularidades diferenciales al resto de América Latina. De esta forma, en Argentina parecen adquirir importancia, a la hora de explicar los problemas forestales -y en especial la progresiva reducción y deterioro del bosque nativo-, las fallas del sistema administrativo y del mercado: deficiencia de los incentivos estatales y de los mecanismos de control, una larga tradición de ver a los bosques como bienes públicos (es en el ámbito de la propiedad fiscal donde pareciera que se han perpetrado los mayores daños y donde parecía que toda actividad económica era lícita), libre acceso a las masas forestales y una cierta cultura rentista en la producción. Además, pueden mencionarse factores culturales, como la cultura agropecuaria largamente predominante en la economía Argentina y el consecuente desconocimiento del bosque como espacio económico de sus potencialidades productivas y sociales. También y relacionado con lo anterior, la escasa prioridad institucional que recibió la actividad forestal, al punto que puede decirse que nunca ha existido un ente administrativo del sector con un nivel de funcionamiento adecuado como para regular la gran superficie forestal existente. Refiriéndose a dicha situación, algunos autores del mundo forestal argentino hablan de “ausencia o incapacidad de la Administración Forestal argentina”.   [1] Corradini, Gennari y Merlo : “Análisis económico y políticovdel sistema forestal argentino, Programa de Acción ForestalvArgentina, FAO, 1993.