Nuevas formas de organización del trabajo en las empresas argentinas

JORGE WALTER

OIKOS

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Lugar: Buenos Aires; Año: 1994 vol. II p. 29 - 37

0101-5273

Tras décadas de incertidumbre socio-económica y política circunscripta al dilema generación-apropiación de la renta agraria, las empresas industriales y de servicios -y los sindicatos- debieron adaptarse abruptamente a un nuevo contexto signado por la confluencia de tasas de interés reales de signo positivo, mercado interno en crisis y pleno empleo en franco deterioro, problemas, todos ellos, históricamente inhabituales. Causa y consecuencia de lo anterior, e hiperinflación mediante, a fines de la década el país enfrentaba una aguda crisis institucional, conducente a la redefinición de los roles y la relación entre el estado y la sociedad civil. La competencia se hizo presente en todoslos mercados, comenzando por el financiero. Desde 1978, por primera vez las empresas argentinas debieron contabilizar la tasa de interés en la formación de sus costos, fenómeno que luego se profundizó bajo el efecto conjugado de la deuda externa y los déficits estatales (gasto público + evasión impositiva). Continuó por el mercado de productos, por obra de la caída del consumo y la redistribución negativa del ingreso, tendencia que se agudizó al conjugarse con la apertura externa. Concluyó afectando el mercado de trabajo (incremento de las tasas de desempleo y subempleo), tendencia preanunciada por la crisis de 1981 que se confirmó durante la segunda mitad de la década. ¿Cómo han reaccionado las empresas industriales y de servicios ante semejante cambio en las reglas del juego? Este artículo, síntesis de las tendencias observadas en alrededor de cincuenta estudios de caso, procura aportar una respuesta a dicho interrogante. Para ello analiza los aspectos positivos y negativos del modo de racionalización al que recurrieron para adecuarse a la nueva situación, entendiendo por tal su forma de administración de recursos escasos (extracto).