E. Kittl y la erupción del volcán Quizapu en 1932: los cimientos de la investigación volcanológica en Argentina

PATRICIA SRUOGA; MANUELA ELISSONDO

La Plata

Congreso; IV Congreso Argentino de Historia de la Geología; 2016

Facultad de Ciencias Naturales y Museo

La erupción del volcán Quizapu, ocurrida el 10 de abril de 1932, constituyó un desastre natural sin precedentes. Debido a la magnitud del fenómeno, una extensa región de las provincias de Mendoza, La Pampa y Buenos Aires fue afectada por las lluvias de ceniza. La combinación del carácter novedoso e inesperado de la erupción y el escaso conocimiento acerca de los volcanes andinos, generó pánico, inquietud e incertidumbre. Según los diarios de la época, los mendocinos creyeron que les había llegado ?la trágica hora de Pompeya?.El presidente Agustín P. Justo, a través de su ministro de guerra Gral. Manuel Rodríguez, encomendó al Director del Museo Nacional de Historia Natural, profesor Martín Doello Jurado, la tarea de realizar los estudios pertinentes. Se designó una comisión integrada por el ingeniero en minas Erwin Kittl como responsable y el Dr. L. R. Catalano, como colaborador y se afectó un aeroplano del ejército con el fin de hacer vuelos de reconocimiento en la zona volcánica.Desde la perspectiva actual, con la disponibilidad de imágenes satelitales y otras herramientas de estudio que permiten la observación y el monitoreo a distancia de volcanes remotos, la tarea encomendada a Kittl puede ser definida como titánica. Fue un verdadero viaje a lo desconocido, que demandó coraje y empeño.La expedición partió desde San Rafael el 26 de abril de 1932, con el apoyo de la IV Brigada de Caballería y llegó a la estancia Sosneado el 1° de mayo. Allí, Kittl decidió alterar el plan original de remontar el Atuel porque advirtió que las mayores acumulaciones de ceniza se encontraban hacia el sur, entonces decidió proseguir hacia el oeste a lo largo del río Salado. La expedición arribó al pie del volcán Planchón Peteroa, en el límite con Chile, el día 11 de mayo y regresó a San Rafael el día 21 de mayo, luego de sortear dificultades de diversa índole, entre ellas las inclemencias climáticas, agravadas por la drástica disminución en la visibilidad debido a las cenizas en suspensión. Durante estos 25 días, Kittl realizó observaciones científicas acerca de procesos de volcanología física, documentó las variaciones de espesor de la tefra caída, confeccionó un mapa isopáquico y tomó muestras del material eyectado de modo sistemático, a distancia variable del centro emisor. Publicó sus resultados un año después y su trabajo constituye el primer estudio moderno de una erupción volcánica.Al año siguiente, Kittl realizó una nueva expedición a la provincia de Mendoza, en la zona limítrofe con Chile, con el objetivo de estudiar los volcanes y evaluar su status (activo/inactivo). Llevó a cabo una labor exhaustiva de los aparatos volcánicos cordilleranos, confeccionó un inventario de acuerdo a la estimación de su edad y describió cada uno de acuerdo a sus productos y características petrográficas, publicando sus resultados años más tarde. Con aciertos y desaciertos, el trabajo de Kittl posee el enorme valor de haber inaugurado la investigación volcanológica en Argentina, sobre la base del estudio sistemático de los volcanes y sus productos y una evaluación preliminar de su peligrosidad.