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a persistencia de altas precipitaciones en la Región Pampeana trajo aparejado cambios en el ciclo hidrológico que condujeron a efectos negativos para la agricultura, mas allá de los obvios beneficios de la mayor cantidad de agua disponible. Los suelos anegados presentan una disminución en el ritmo de la mineralización del nitrógeno, aunque pueden presentar un aumento en el fósforo disponible, debido a la solubilización de fosfatos ligados al hierro. Algunas plantas poseen una elevada capacidad para crecer bajo condiciones de anegamiento, para lo cual emplean diferentes mecanismos adaptativos. El principal problema a resolver por las plantas durante el anegamiento es la deficiencia de oxígeno para las raíces. Por ello, la principal habilidad de las plantas tolerantes consiste en el transporte eficiente de este elemento hacia las raíces. Dos ejemplos de plantas contrastantes son analizados en la presente exposición: pasto miel y soja. El pasto miel es una planta de gran valor forrajero cuyos ecotipos presentes en la Pampa Deprimida presentan una notable capacidad adaptativa para crecer en anaerobiosis. Estas plantas pueden permanecer en suelos inundados por mas de dos meses sin disminuir su crecimiento ni absorción de nutrientes y en algunos aún incrementándolos en comparación con plantas testigo sin anaerobiosis. Excepto algunas excepciones como el arroz, las plantas de interés agrícola (ej. soja) no son tolerantes al anegamiento. Estudios realizados en soja indican que las mermas en el rendimiento causadas por 2 días de inundación del suelo son mínimas, pero pueden ascender al 40 % si la inundación se extiende a 7 días. Estudios recientes indican que algunos genotipos de soja poseen capacidad para formar tejidos aerenquimáticos bajo condiciones de anegamiento, lo cual dejaría abierta la posibilidad de desarrollar genotipos tolerantes al anegamiento.

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