IBIGEO   22622
INSTITUTO DE BIO Y GEOCIENCIAS DEL NOA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Educación para la conservación en la selva de pino Paraná (San Pedro, Misiones, Argentina); nueve años de trabajo (2007-2015)
Autor/es:
BONAPARTE, EUGENIA BIANCA; COCKLE, KRISTINA L
Lugar:
Puerto Iguazú
Reunión:
Congreso; Reunión Binacional de Ecología; 2016
Resumen:
Actualmente, la Selva Atlántica argentina se encuentra fragmentada en parches de monte, potreros, plantaciones, capueras y áreas protegidas. En el departamento de San Pedro, Misiones, el 67% de las personas vive en áreas rurales, produciendo fundamentalmente cultivos anuales y forestales en pequeñas chacras que aún conservan selva nativa. Allí se presentan problemáticas como el mascotismo del loro vinoso (Amazona vinacea, especie endémica en peligro de extinción) y la constante pérdida de hábitat de especies nativas. Inicialmente, buscamos disminuir la captura de loro vinoso a corto plazo, y luego nos propusimos (1) conocer las ideas previas de estudiantes acerca del rol de los pobladores en la protección de especies amenazadas y servicios ecosistémicos provistos por la selva Atlántica; (2) realizar actividades educativas adaptadas, enfocadas en la transmisión de información sobre estos temas; y (3) evaluar el cambio de actitud luego de las actividades. Trabajamos con maestros y estudiantes (5?18 años), en 18 escuelas primarias y 13 secundarias (que visitamos entre 1 y 9 veces) realizando ~1 jornada/año (cuentos, juegos de memoria, consignas para dibujos y obras de teatro). En 2007, para la mayoría de los estudiantes estaba bien tener un loro vinoso como mascota, la mayoría de los maestros no lo reconocía y ninguno lo mencionaba en clases. Para el año 2010, se redujo a 13% la cantidad de estudiantes que veía bien tener un loro vinoso como mascota, y en 2012, 92% de los maestros mencionaron al loro vinoso como especie amenazada que trabajaban de ejemplo en clase. Entre 2010 y 2015 el número de alumnos que mencionaron a los pobladores locales como personas que pueden ayudar a las especies amenazadas subió de 25% a 87%. De 2013 a 2015, los estudiantes de cada clase pasaron de reconocer 1,8 ± 0,2 a 3,4 ± 0,7 (promedio ± EE) servicios ecosistémicos provistos por la selva (fuente de leña, madera, agua, frutas, y refugio de animales silvestres, entre los más mencionados). Nuestros resultados sugieren que jornadas escolares anuales interactivas y continuadas, ayudan al reconocimiento de especies amenazadas y logran cambios de actitud a mediano plazo en maestros y estudiantes. Para orientar las actividades educativas y monitorear su efecto, destacamos la importancia de evaluar sistemáticamente ideas previas desde el comienzo de proyectos educativos, proceso que lamentablemente comenzamos recién el 4º año de trabajo.