Paleomagnetismo y paleogeografía del Paleozoico inferior del noroeste argentino.

FRANCESCHINIS, PABLO R.; RAPALINI, AUGUSTO E.; SPAGNUOLO, CECILIA M.; GEUNA, SILVANA E.

Ciencias de la Tierra y Recursos Naturales del NOA. Relatorio del XX Congreso Geológico Argentino

Asociación Geológica Argentina

Año: 2017; p. 85 - 101

La formación del basamento del sur de los Andes Centrales no puede desvincularse de las etapas finales de la amalgamación de Gondwana Occidental. En las tres últimas décadas han surgido hipótesis que sugieren que la acreción y/o el desplazamiento de bloques corticales discretos durante el Ediacárico y el Paleozoico temprano fueron procesos importantes que configuraron el basamento gondwánico.Un fragmento principal del basamento de la Argentina central es el terreno Pampia. Resultados paleomagné- ticos recientes, pero todavía escasos, en rocas cámbricas de éste muestran posiciones polares anómalas cuya interpretación sigue siendo ambigua. Si Pampia es un fragmento cortical vinculado al cratón amazónico que se acrecionó contra el cratón del Río de la Plata con el cierre del hipotético océano Clymene, o si es un fragmento desprendido del Kalahari meridional y desplazado a lo largo del margen del cratón del Río de la Plata en el Cámbrico, no puede ser resuelto sin ambigüedad por los escasos datos paleomagnéticos.Parece haber un consenso en que el arco famatiniano ordovícico sobre el margen occidental de Pampia se desa- rrolló sobre corteza continental atenuada. En los últimos años se ha confirmado la rotación sistemática horaria según ejes verticales de las rocas magmáticas y sedimentarias del Ordovícico a lo largo de este cinturón. La explicación de este patrón ha variado desde un modelo de terreno para-autóctono hacia uno de rotaciones de bloques corticales que acompañó a la deformación producto de la colisión del terreno alóctono de Cuyania.Las grandes rotaciones en sentido antihorario en la Puna Occidental (terreno de Antofalla) de Chile y Argentina, observadas en rocas del Paleozoico inferior, son todavía interpretadas por algunos autores como una evidencia del cierre de una cuenca en forma de V entre Antofalla (¿y Arequipa?) y el margen occidental de Gondwana en el Ordovícico tardío. Una hipótesis más reciente interpreta tales rotaciones como debidas al escape tectónico del bloque de Antofalla durante la colisión de Cuyania. Recientes dataciones de las rocas magmáticas de las que proviene parte de la información paleomagnética admiten una revisión completa de las interpretaciones al sugerir una cronología inversa a la aceptada tradicionalmente para estos polos paleomagnéticos.