Caballeros de la noche. Antropología y museos en la Argentina de las últimas décadas del siglo XIX

IRINA PODGORNY; FARRO MÁXIMO,; ALEJANDRO MARTÍNEZ,; BALLESTERO DIEGO,

Berlín

Simposio; Ciencia y Nación; 2010

Ibero Amerikansches Institut

En los últimos veinte años, los museos, hasta entonces un objeto prácticamente invisible incluso para los historiadores, se transformaron en sinónimo de lugares de la memoria por los que valía la pena combatir (Huyssen 2000). Y aunque los teóricos de la cultura de vanguardia del siglo XX habían pronosticado su pronta extinción, cobraron una vitalidad que pocos se hubieran imaginado hace un siglo. Más aún, los museos de historia natural de América del Sur empezaron a analizarse como mero dispositivo de propaganda o de control de los estados nacionales. Casi coincidentemente, iguales argumentos se empezaban a escuchar en trabajos alineados con las llamadas reflexiones postcoloniales. Y aunque esta idea se parecía a las viejas ideas de Althusser sobre los aparatos ideológicos del Estado, no deja de llamar la atención el grado con que la teleología del nacionalismo y las simplificaciones de los estudios culturales corroyó parte de la reflexión histórica sobre la ciencia del siglo XIX. A pesar de la abundancia de trabajos, la simplicidad de estos argumentos y la dimensión otorgada a los museos y a la investigación científica en la formación de los estados nacionales iberoamericanos, no se vieron acompañadas de una discusión acerca de cuáles serían los parámetros y los datos para poder probar estas afirmaciones. De tal manera, terminan situadas cerca de una condena ética del proceder de la ciencia y de los científicos o transformadas en un postulado que se acepta sin dificultades por su fácil digestión. Así, en esos veinte años, se instaló un vocabulario y un tono de discusión donde no se trata de demostrar el carácter de esa relación, sino de atacarla desde la sensibilidad política contemporánea. En las páginas que siguen, muy someramente, se analizan las prácticas de la antropología en los museos de la Argentina de fines del siglo XIX. Nos referimos a a las contingencias que incidieron sobre la creación de espacios institucionales y de las prácticas asociadas al trabajo y estudio de cráneos, esqueletos y fotografías y que los actores definían como colecciones antropológicas.