INVESTIGADORES
OTTONE Eduardo Guillermo
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis integral del tope de la Formación Agrio en el Cerro Rayoso, Cretácico Temprano de la Cuenca Neuquina.
Autor/es:
PAZOS, P.J.; FERNANDEZ, D.; OTTONE, E.G.; TUNIK, M.
Lugar:
Neuquén
Reunión:
Congreso; XVIII Congreso Geológico Argentino; 2011
Institución organizadora:
AGA
Resumen:
En la última década se han dado a conocer aspectos icnológicos y sedimentológicos que muestran que hacia el final de la sedimentación de la Formación Agrio, tuvo lugar una marcada continentalización, con la predominancia de ambientes marino marginales dominadas por acción de mareas y desarrollo de planicies homónimas (Fernández y Pazos, 2008; Pazos et al., 2008; y Tunik et al, 2009). Estas características han sido documentadas en varias localidades, distantes entre sí, como Bajada del Agrio y Mina La Continental, y ahora son igualmente documentadas en el cerro Rayoso, localidad clásica del Cretácico de la cuenca Neuquina. Un factor común en todas esas localidades es la virtual desaparición de la fauna bentónica clásica y por consiguiente de elementos de utilidad bioestratigráfica (Pazos, 2009). Entre las razones especuladas para explicar tal situación, inexistente en otras localidades es la ausencia por erosión, relacionada con la caída eustática que precede al Grupo Huitrín. La icnología, las observaciones sedimentológicas, tanto macro como microscópicas, y la caracterización palinológica resultan, analizados en su conjunto, buenos indicadores de las condiciones paleoambientales que controlaron la sedimentación y que permiten explicar la pobreza de fauna bentónica y de amonites.La localidad estudiada se halla en el flanco oriental del anticlinal de Rayoso, estructura que tiene en su núcleo a la Formación Agrio y que comprende en sus porciones más externas a otras unidades cretácicas. En dicha región es notable un cambio bastante neto entre facies pelíticas oscuras de niveles inferiores y medios del miembro superior a repeticiones de pelitas, areniscas y coquinas intercaladas con pelitas que dan lugar hacia el sector más cuspidal a abundantes calizas oolíticas dolomitizadas, areniscas y pelitas oscuras. Desde el punto de vista macróscópico, son identificables abundantes evidencias de mareas con paleocorrientes con patrones opuestos, superficies de reactivación y cortinas de fango, aunque el rasgo más significativo es la migración lateral de canales, que permiten reconocer un patrón claro de paleocorrientes E-O, contrastante con el dominio general para la cuenca que es SE-NO. La combinación de canales, depósitos heterolíticos, matas microbiales a veces agrietadas y pelitas oscuras conforman un ambiente marino marginal sujeto a mezcla de aguas, que favorecieron los procesos de dolomitización (Tunik et al., 2008).Icnológicamente, el registro no es particularmente diverso y los icnotaxones presentes son abundantes, sugiriendo condiciones de elevado estrés ambiental. Se destacan abundantes galerías de Ophiomorpha, tanto horizontales como subverticales y oblicuas, de tamaño reducido, escasas galerías asignables a Thalassinoides, y sorprenden la abundancia de huellas de dinosaurios terópodos en el tope de ciclos estratocrecientes (Pazos et al., 2007) y una novedosa icnofauna atribuible a xifosúridos, productores de numerosas variantes de Kouphicnium (Fernández y Pazos, 2010). Asimismo, abundan trazas de alimentación de bivalvos, tipo Lophoctenium e Hillichnus. Igualmente importantes son las trazas de pastoreo y locomoción asignables a Cochlichnus, Helmintoidichnites y Treptichnus, en combinación con Kouphicnium. Estos registros son llamativos si se los compara con modelos de ambientes hiposalinos en la literatura.Desde el punto de vista palinológico se estudiaron cinco muestras (A-E). La materia orgánica sedimentaria recuperada de las muestras A-D es predominantemente de origen terrígeno y está dominada por fitoclastos, específicamente restos leñosos opacos, cuyas frecuencias fluctúan entre 80-90% del total de la materia orgánica (MO) sedimentaria. Los palinomorfos constituyen entre 3-15 % del total de la MO sedimentaria, con dominio de formas de origen continental sobre las marinas. Prácticamente no se ha registrado material amorfo. Entre los palinomorfos continentales se observa el claro dominio de los granos de polen de Cheirolepidiaceae (Classopollis sp.), con porcentajes que varían entre 40-75% de la asociación palinológica total y presencia conspicua de tétradas (3-15% de la asociación palinológica continental). El polen de Araucariaceae (principalmente Araucariacites australis Cookson, Cyclusphaera psilata Volkheimer & Sepúlveda y C. radiata Archangelsky), Podocarpaceae (Podocarpidites sp.), junto a distintas morfoespecies de Callialasporites (forma alternativamente referida a las Araucariaceae o Podocarpaceae) y esporas de Pteridophyta, Lycophyta y Briophyta, muestran porcentajes subordinados. Los elementos marinos, fundamentalmente quistes de dinoflagelados, son en general poco diversos y con frecuencias que oscilan entre 1-4% del total de la materia orgánica sedimentaria, con formas comunes en la unidad como Circulodinium distinctum (Deflandre & Cookson) Jansonius, Muderongia pariata (Duxbury) Monteil, Occiucysta tentoria Duxbury, Oligosphaeridium complex (White) Davey & Williams y Tanyosphaeridum magneticum (Davies) Torricell. Por encima del tramo A-D, la muestra E corresponde a un nivel pelítico de color gris verdoso que posee muy escasa materia orgánica sedimentaria. La misma es predominantemente terrígena e incluye opacos y palinomorfos, con total ausencia de amorfo. La asociación palinológica aparece dominada por polen de Cheirolepidiaceae (Classopollis), tanto en ejemplares aislados como en tétradas, con esporas y dinoflagelados subordinados, que se encuentran, en general, en regular estado de preservación. El alto porcentaje de elementos terrígenos, la baja proporción de formas marinas, sumado a la falta o muy escasa representación de la materia orgánica amorfa avalan un ambiente marino marginal, con descargas fluviales en un sistema dominado por mareas, donde el único resto fósil corpóreo abundante son niveles coquinoideos con gastrópodos potamídidos, predominantes en ambientes intertidales fósiles y actuales y ya descriptos para este intervalo estratigráfico en otras localidades de la cuenca (Pazos, 2009). De esta manera, es posible documentar la preponderancia de ambientes marinos marginales en la finalización del Grupo Mendoza, desestimar causas erosivas como responsables del gap bioestratigráfico, y atribuir esa anomalía puramente a razones paleoambientales y paleoecológicas.