Las morales de la historia de memorias traumáticas

MUDROVCIC, MARÍA INÉS

Gral. Roca, Río Negro

Jornada; 2das. Jornadas de Historia de la Patagonia; 2006

Centro de Estudios Patagónicos, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UNCo

2das Jornadas de Historia de la Patagonia Facultad de Derecho y Ciencias Sociales-UNCo 2-4 de noviembre de 2006 Gral. Roca, Río Negro Mesa 4. Memoria, historia e identidades. Coordinadora: Dra. María Inés Mudrovcic (Facultad de Humanidades-UNCo-Conicet) Las morales de la historia de memorias traumáticas María Inés Mudrovcic (Universidad Nacional del Comahue-CONICET) mmudrovc@ciudad.com.ar Parafraseando el título de la obra de T. Todorov (Las morales de la historia, Paidós, Barcelona, 1993), el presente trabajo intenta dar cuenta de la nueva perspectiva que ha tomado, en los debates de los últimos tiempos, la cuestión de la dimensión ética de la historiografía. Hasta mediados de la década de los 80, aproximadamente, la relación entre hechos y valores constituía el marco de la discusión en torno a la relación de la moral y la política con las ciencias humanas y sociales en general y con la historia, en particular. Para su “desarrollo fecundo”, los juicios de valores deberían ser extirpados del discurso histórico (Bloch, M., 1949) y el historiador en tanto “observador analítico” (Habermas) era el ideal a seguir para que la ciencia histórica no degenerara en políticas de la historia. En 1992, el historiador S. Friedlander publica Probing the Limits of Representation. Nazism and the “Final Solution” (Harvard University Press, 1992). Este libro representa el giro en la discusión tradicional que se venía llevando en torno a la dimensión ética y política de la representación historiográfica. La cuestión es que, a diferencia de la etapa anterior, la relación entre ética e historia no es considerada como “interna” al debate del alcance epistemológico de la historiografía, sino que, el problema de representación de acontecimientos límites del pasado reciente habría colocado, entre otras cuestiones, a la dimensión ética del recuerdo como límite externo de lo que se constituiría en una representación “adecuada” de dicho pasado. En otras palabras, la finalidad de conocimiento del pasado, traducida en escritura, encontraría un límite ético en el sentido de que una representación inadecuada podría distorsionar el recuerdo de las víctimas haciéndola moralmente inaceptable. Dentro de este contexto de discusión, el presente trabajo intenta mostrar que es inapropiado calificar de justo o injusto al discurso historiográfico atendiendo a si representa o no adecuadamente al recuerdo de las víctimas. Poner a la ética como límite externo de la historia constituye una cuestión mal planteada. Sin embargo, aún cuando el fin primario de la historia sea cognoscitivo es insoslayable su rol en la autocomprensión moral y política de la sociedad en la que se inserta y, desde esta perspectiva, es lícito atender a las morales de la historia.