INVESTIGADORES
MISERENDINO Maria Laura
congresos y reuniones científicas
Título:
Usos de la tierra y comunidades de insectos acuáticos en ríos de Patagonia, los “sistemáticos” problemas con que nos encontramos los ecólogos.
Autor/es:
MISERENDINO, M. L
Lugar:
San Miguel de Tucumán
Reunión:
Simposio; VI Congreso Argentino de Entomología.; 2005
Resumen:
Una de las comunidades acuáticas mas frecuentemente estudiadas para comprender como funcionan los ríos en Patagonia es la de los insectos acuáticos. A través de su estudio y mediante la aplicación de diferentes índices y metodologías podemos conocer y tal vez predecir los efectos de los distintos disturbios a los que son sometidas las cuencas hídricas. La Patagonia es vasta (1.100.000 km2) y presenta fuertes gradientes climáticos y topográficos que definen sus zonas de vida. Hay complejas redes hídricas que recorren de oeste a este y drenan al Atlántico, otras, tras un breve recorrido atraviesan la Cordillera de los Andes y lo hacen al Pacífico. El abanico de impactos antropogénicos que sufren los ríos en la ecoregion patagónica es amplio, destacándose el riego, la regulación por embalses, la contaminación urbana y las actividades mineras. Los procesos que afectan las cuencas son a su vez considerables: deforestación, conversión a pasturas, plantación de exóticos, ganadería extensiva e intensiva. A través de distintos proyectos, se han llevado a cabo estudios que tratan de abordar estas problemáticas utilizando comunidades de invertebrados bentónicos. En ríos de cordillera entre 80-90 % de los inventarios del bentos son insectos, y estos participan en buena medida también de las comunidades de ríos de meseta. En líneas generales hemos obtenido muy buenos resultados usando indicadores biológicos, revisando relaciones de predominio de grupos funcionales, contrastando riqueza específica, utilizando la asociación EPT, y por último realizando poderosos análisis multivariados relacionando matrices de variables ambientales con matrices de datos cuantitativos de organismos. Ahora bien, a medida que los ecológos tenemos oportunidad de que los entomólogos revisen nuestras colecciones, no dejamos de sorprendernos. Aparecen especies no descriptas, especies fuera de su rango de distribución geográfica conocida, listas de taxa que aumentan, y lo que el ecólogo denominó (ingenuamente?) especie “a” resulta que es “a”, “b” y “c”. Si por casualidad atrapamos los adultos de un determinado taxón (cosa que en general pone muy contentos a los especialistas) …mas vale que sean machos!. Más allá de estos contratiempos, afortunadamente sistemáticos y ecólogos nos asociamos en laboratorios o en proyectos de investigación y ésto es muy prometedor.  Esta alianza potencia enormemente la producción científica, mejora la calidad de los trabajos y amplía notablemente los horizontes.