INVESTIGADORES
MILANA Juan Pablo
congresos y reuniones científicas
Título:
EL PARADIGMA DE LOS LOBULOS DE TAMIZ EN ABANICOS ALUVIALES
Autor/es:
MILANA, J. P
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; IX Congreso Argentino de Geomorfología; 2009
Institución organizadora:
Asoc. Arg. Geomorfología
Resumen:
Los lóbulos de tamiz son depósitos lobulados de gravas libres de matriz, presentes en ciertos abanicos aluviales. Estos, se consideraron como uno de los elementos pilares de la morfología y estratigrafía de los abanicos aluviales, luego de los estudios de campo y los modelos de laboratorio que comprobaron la efectividad del proceso, realizados en la década del 60 (Hooke, 1967). Sin embargo, uno de los trabajos hoy mas citados en la literatura de abanicos aluviales, negó la existencia de este proceso, por el simple hecho de no haber sido observado en ambientes naturales, reemplazando dicho modelo con un mucho mas complicado, e igualmente no visto en acción, de un lavado de matriz en flujos de detritos (Blair and McPherson, 1995). Estos autores, que también introdujeron otros problemas como la existencia de un imaginario salto en las pendientes aluviales, causaron la casi desaparición del uso de los lóbulos de tamiz (sieve-lobes) en la literatura geológica. La presnete contribución reinvidica el modelo original de lóbulos de tamiz, mediante la documentación de tres casos observados y fotografiados de depositación activa y también se sugiere que este proceso es intergradado con el de crecientes en mantos, que es otro de los procesos fundamentales de los abanicos aluviales. El primer caso observado fue en una planicie de outwash glacifluvial, en donde se reúnen las características necesarias para que este proceso se forme que son: alta pendiente, mucho aporte sedimentario grueso y poco fino. Estas condiciones son necesarias ya que estos lóbulos se forman por la pérdida del agente tractivo, tal como ocurre con los lóbulos deltaicos. Al desaparecer el agua por rápida infiltración, todo el material de arrastre s dejado en el lugar, formando un lóbulo, que en general es el resultado del apilamiento de varios micro-lóbulos. Para que el agente tractivo pueda desaparecer en forma rápida, deben conjugarse dos elementos: una alta permeabilidad del depósito, la cual sería reducida rápidamente si hay mucho material fino en arrastre o suspensión, y una alta pendiente para favorecer el mantenimiento de la tabla de agua muy por debajo del plano superior del lóbulo. Esto último es muy importante ya que si la tabla de agua se encuentra muy alta, el agua no se infiltra y debe continuar su flujo superficial, transformando el lóbulo de tamiz en un manto de creciente. El segundo caso observado fue en una quebrada con alta pendiente, gran saturamiento de sedimentos gruesos, y un caudal de agua permanente. En los segmentos angostos de la quebrada el arroyo fluia sin posibilidades de infiltrarse, pero en los segmentos mas anchos, al entrar en el terreno permeable y perder capacidad tractiva, se formaban depósitos de tamiz, generalmente en las épocas de mas caudal, posterior a las lluvias estivales. En este caso, el proceso también mostraba las mismas características, de agua clara, que da nombre a esta quebrada, mucho material grueso y permeable, y alta pendiente. En un tercer caso, se observó durante una creciente en un curso igualmente pobre en sedimentos finos, la formación incipiente de lóbulos de tamiz al comienzo de la formación de un pequeño abanico sobre un camino, sin embargo, debido a la poca pendiente, la llegada de agua en aumento, saturó rápidamente al depósito y este proceso evolucionó en un manto de creciente. Las observaciones prueban entonces que la interpretación dinámica de estos lóbulos de gravas libres de matriz, como depósitos de tamiz se basaba en un modelo perfectamente posible de ocurrir en ambientes naturales, no como fue denostado por los autores citados. La presencia o no de estos depósitos en los abanicos aluviales depender entonces de que las condiciones indicadas arriba ocurran, lo cual es muy frecuente en abanicos aluviales de zonas hiperáridas debido a que en muchos casos la calidad de sedimento fino en el abanico es reducida y los otras condiciones (endiente alta, tabla de agua baja) ocurren se reúnen para facilitar la formación de estos depósitos. En particular, se ha observado que los mismos son muy frecuentes en los abanicos cercanos a la Ciudad de San Juan. En conclusión, es claro que el modelo de lóbulos de tamiz se tiene que reinstalar dentro de la composición de los abanicos aluviales, y se debe estudiar los factores que causan la transición entre estos depósitos y los mantos de creciente Blair, T.C. and McPherson, J.G. (1994). Alluvial fans and their natural distinction from rivers based on morphology, hydraulic processes, and facies assemblages. Journ. Sed. Res., A64: 450-489. Hooke,R.Le B. (1967) Processes on arid-region alluvial fans.  Journal of  Geology, v.75, p.438-460.