IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Amanece y ya está con los ojos despiertos. Crisis de la experiencia (estética) y la "escena del despertar" en Saer y Proust
Autor/es:
MORAN, MARÍA ALMA
Reunión:
Otro; Coloquio Internacional Juan José Saer; 2017
Resumen:
La crítica especializada ha puesto de relieve en numerosos trabajos la cuestión del espesor filosófico en la obra de Saer. Al parecer de M. Prieto, la anomalía de la obra saeriana, debe ser pensada en relación al sistema literario y al vínculo que establece con la tradición: su obra constituye un tipo de relato filosófico (2006: 415). De igual forma, las lecturas de Dardo Scavino postulan la posibilidad de leer a Saer como filósofo (Scavino: 2002, 2004) y los diversos estudios que ha realizado M.T. Gramuglio, manifiestan tempranamente el lugar atípico de Saer y la dimensión filosófica de su obra. Por el costado de Proust, los críticos han hecho innumerables referencias a la conocida y explícita reescritura del inicio de La Mayor (1976), sin embargo resulta necesario retomar algunas de estas consideraciones y continuarlas, dada la existencia de otras zonas de diálogo no suficientemente estudiadas. Por su parte, Benjamin ha vinculado sus análisis sobre la crisis de la experiencia con la narrativa de Proust; cuestión que, a su vez, presenta un intenso diálogo intertextual con la literatura de Saer.A lo largo del proyecto creador saeriano pueden observarse diversas manifestaciones artísticas que entran en tensión y conflicto con las condiciones de posibilidad para narrar o hablar la experiencia. Sus construcciones ficcionales indagan la crisis sufrida por el sujeto en la modernidad (Benjamin: 1972). Obras como El limonero real (1974), La mayor (1976), Nadie nada nunca (1980) y Glosa (1985), ponen de relieve la multiplicidad de imágenes intermitentes, entrecortadas, variadas, sin continuidad del mundo; en sus textos los personajes y los objetos no permiten ser reducidos o condensados al discurso. Se evidencia la ruptura de la unidad del sujeto de conocimiento y su fragmentación debido al socavamiento de toda base metafísica y religiosa. Sin embargo, los artificios literarios de Saer, trabajan constantemente para encontrar el modo de añadir la experiencia a la narración. En el comienzo de Las nubes (1997) encontramos: ?otra versión de su crítica narrativa al principio proustiano del engendramiento de la literatura? (Merbilhaá, Dalmaroni: 2000), en esta oportunidad desde el punto de vista del lector. Se manifiesta, el carácter contingente de lo cotidiano, del cual depende lo que une a la subjetividad con el mundo exterior. Para los críticos, Proust (en este comienzo) es reescrito por Saer (no para negar que sea posible recobrar el pasado) sino para afirmar la azarosa y sin embargo recurrente posibilidad de convocar al ?don? de la experiencia presente. Como ocurre con el héroe proustiano, los personajes de Saer son narrados en sus sucesivos despertares. La literatura saeriana relata con insistencia ?escenas del despertar? y las traduce como develamiento de un espacio difuso, indefinido; como pregunta por la naturaleza de lo ?real?, lo ficcional y sus vinculaciones. Por su parte, En El libro de los pasajes, Benjamin plantea que el comienzo de À la recherche du temps perdu expone el espacio del que despierta (al igual que en ?Salita para desayunar?, Dirección única: 1987). Esta experiencia se revela como un estado entre el sueño y la vigilia que atraviesa toda la Recherche. La ?escena del despertar? resulta una bisagra entre lo onírico y lo ?real? debido a que no hay distinción entre ambos: la realidad es otro sueño. En el caso de Saer, tanto en El limonero real como en ?La mayor?, existe en el momento de duermevela, un movimiento de transformación de una ?dinámica de anulación del relato en una nada originaria y una progresiva reconstrucción de la literatura a partir de ella.? (Premat: 2009, 185). Transitando el estado de letargo que produce el estar entre el sueño y la vigilia y suprimiendo el gesto proustiano para poder repetirlo, Tomatis, en ?La mayor?, va recuperando rasgos narrables de una experiencia del pasado. En los diferentes ?despertares? que se detallan a lo largo de la narrativa saeriana (Lo imborrable, Glosa, La Mayor, El limonero real, entre otras): el problema sobre las condiciones de posibilidad del conocimiento de lo ?real? se vuelve central. (Ricci: 2006). Asimismo en Nadie nada nunca, ocurre lo que Sarlo llama la ?revelación del bañero?: experiencia que cambia su vida, justamente después del amanecer, en el momento en que el sol ilumina casi paralelo al río y el bañero se encuentra adormecido. Allí asiste a la ?descomposición de lo real en sus elementos sensibles mínimos? (Sarlo: 2006).