IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
El fantasma de Bataille en el surrealismo argentino
Autor/es:
STEDILE LUNA, VERÓNICA
Lugar:
Berlin
Reunión:
Conferencia; Explorando el pluriverso surrealista en América Latina / Exploring the Surrealist Pluriverse in Latin America?; 2021
Institución organizadora:
Freie Universität Berlin, ZI Lateinamerika-Institut
Resumen:
En el siguiente trabajo buscaremos plantear tres momentos a través de los cuales seguir la huella de Bataille en Argentina como una suerte de fantasma que recorre distintas configuraciones de lo monstruoso y lo informe en el siglo XX, estableciendo vínculos con el surrealismo que resultan indirectos o desfasados respecto de la idea de ?escuela? estética. En ese sentido es que el ?fantasma? remite a una ?materialidad intratable más allá de la pertenencia? y cuya fuerza es la potencia de desintegración (Daniel Link, Fantasmas. Imaginación y sociedad, 13). En 1931, se publicó el único número de la revista Imán, bajo la dirección de Elvira de Alvear, junto a Alejo Carpentier como secretario de redacción. Imaginada en una trama binacional (Buenos Aires ? París), la revista se proponía poner en circulación las voces más intensas y experimentales de su tiempo sin el prejuicio de la inscripción territorial o la ?escuela estética?. En ese marco, su directora convocó un dossier titulado ?Conocimiento de América Latina?, donde los principales nombres vinculados a las vanguardias de los años 20 tendrían una colaboración; es allí donde se publica la primera traducción de Georges Bataille al español y en tierras latinoamericanas, con textos de Robert Desnos, Michel Leiris, Philippe Soupault, Zdenko Reich, Roger Vitrac, Nino Frank. Ese breve texto, que carece de título propio ?lleva por nombre, como todas las colaboraciones, el llamado del dossier? presenta algunas claves de una trama múltiple: por un lado, el vínculo entre Alejo Carpentier y Georges Bataille hacia fines de los años 20, en el trasfondo de la polémica suscitada con André Breton a través de Documents y Un cadavre, pero también, dando un paso más allá respecto de ese episodio muchas veces revisado, se trata de un texto que figura tanto una metodología de trabajo por parte de Bataille, como los cruces entre surrealismo y etnografía que son relevantes para pensar algunas de las publicaciones centrales del autor francés como ?La noción de gasto? y La parte maldita. Como han precisado Fréderic Aribit y Michel Surya, el vínculo de Bataille con el surrealismo puede leerse desde la ambigua coordenada de ?imantación? y ?distanciamiento?. Este este último aspecto constituye el hilo a través del cual recorrer esa trama múltiple que se abre con ?Conocimiento de América Latina?, y nos invita a pensar las huellas de la circulación batailleana en Argentina en relación con el surrealismo como una historia de discronías, desvíos y reemergencias. Casi veinte años más tarde, en 1948, los escritores argentinos Aldo Pellegrini, Elías Piterbarg y David Sussman volvieron a nuclearse como grupo, pero ya no con una inscripción manifiestamente surrealista ?tal como la que había representado la revista Qué en 1928? sino en una revista vinculada a la crítica de arte moderno, llamada Ciclo. En el primer número de Ciclo. Arte, literatura y pensamiento modernos se publicó el ensayo ?La moral de Henry Miller? de Georges Bataille, traducido por ?Marcia Bastos? ? tal vez seudónimo de María Luisa Bastos. Se trata de un texto extenso, donde Bataille expone su lectura acerca del autor norteamericano a partir de las nociones de ?monstruo? e ?instante?. Tales puntualizaciones deben ser puestas en relación con la trama que, en la revista también dirigida por Aldo Pellegrini, Letra y Línea (1953), se traza alrededor de Roberto Arlt y Juan Carlos Onetti como escritores de lo monstruoso e inoperante, ya que si bien el nombre de Bataille no aparece de manera explícita en esta revista, sus imágenes y nociones atraviesan los abordajes críticos con que se rodea a los narradores rioplatenses. En ese sentido, es posible anticipar una hipótesis en torno a la relación entre el surrealismo en Argentina, Georges Bataille y Aldo Pellegrini, ya que mientras este último es referenciado como uno de los máximos representantes de la difusión del surrealismo en el territorio latinoamericano, incluso juzgado como poeta epigonal del movimiento bretoniano, el fantasma de Bataille desarma las conexiones más previsibles e instala un vínculo inesperado entre lo más indócil del surrealismo y un autor como Roberto Arlt. A partir de esta última consideración que involucra a Arlt como objeto de la escena, advertimos un tercer momento donde la huella fantasmática de Bataille produce filiaciones inesperadas en diálogo con lo surrealista. ?Arlt? se titula el ensayo de César Aira donde el escritor propone una lectura en clave de ?genealogía de lo monstruoso? vinculándolo con las vanguardias de principios de siglo XX. Como ha caracterizado minuciosamente Sandra Contreras, los procedimientos de César Aira deben leerse como formas de supervivencia de las vanguardias, y en particular en un diálogo intenso con el surrealismo, en la sustracción de la escritura automática y explotación desaforada de sus imaginarios y capacidad inventiva (Contreras, Las vueltas de César Aira). Dicha relación entre las vanguardias y el surrealismo en César Aira no se comprende sin atender a la huella batailleana que opera en la dimensión disparatada, sagrada, excesiva y de suspensión del intercambio toda vez que la narrativa airiana postula escenas de circulación del dinero. A través de la caracterización de estos tres momentos, desde los planteos en torno a la noción de gasto en la revista Imán (1931) por parte de Bataille, a la narrativa airiana de fines de siglo XX, pasando por un ?surrealismo informe? que cabalga entre Ciclo y Letra y Línea a mediados de siglo XX y motorizado por Aldo Pellegrini, es posible dar cuenta de lo momentos intensos donde la huella de Georges Bataille en la crítica y la literatura argentina tuvo la capacidad de establecer conexiones surrealistas tanto como de desintegrarlas, reinsertándolas en nuevas series.