IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
"Coda. Recordando a Néstor Perlongher"
Autor/es:
AMÍCOLA, JOSÉ
Libro:
Una erótica sangrienta. Literatura y sadomasoquismo
Editorial:
EDULP
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 2015; p. 289 - 300
Resumen:
El hecho de que el mismo Perlongher apuntara a su condición de ?poeta neobarroco/neobarroso?, o que la permanencia del poeta en París les permitiera a los críticos ligarlo al pensamiento post-estructuralista deleuziano o que, finalmente, el conocimiento del universo modernista latinoamericano lo llevara a Perlongher a jugar con la tradición capitaneada en 1900 por Rubén Darío son vías posibles que se aceptaron como entradas excluyentes . Si bien ninguno de estos hitos personales de Perlongher puede ponerse en duda, mi opinión personal es que la estratagema perlongheriana consistió en un oscurecimiento de su propia obra mediante la construcción de pistas laterales. Creo, por ello, que una respuesta a estas cuestiones debería hallarse en el hermetismo de la poesía de Néstor Perlongher como piedra filosofal de cualquier análisis. Dado que este punto no ha merecido tanta atención entre sus críticos, que se han inclinado a seguir las huellas de interpretación que venían dadas por el mismo autor, pienso que es en ese terreno casi intransitado donde hay mucha tela para cortar. Mi cometido ahora es plantear la necesidad de la búsqueda de una mirada oblicua que permita, sin embargo, entrar de lleno en los textos poéticos de Perlongher de una manera diferente a lo que se viene realizando. Esto significa, por supuesto, meterse con/en la complicada materia textual perlongheriana, tomando como trampolín algunos de sus poemas, que considero claves de una manera de poetizar la realidad, una realidad que el poeta es uno de los pocos que se permitió focalizar: el submundo de lo sexualmente extraño o queer, con una estética que no deja de coquetear con el brillo camp, aunque extrañado mediante la fórmula ya conocida del ?enchastre? rioplatense, que permite la cercanía del brillo del strass de la ?loca? o del cisne modernista fusionado con el detritus lumpen asociado al mundo bajo del ?taxi-boy?. Ahora bien, en uno de los artículos periodísticos más lúcidos de Néstor Perlongher titulado ?La desaparición de la homosexualidad?, publicado en la revista El Porteño (número 119, de 1991) y que podría equivaler a una especie de testamento ensayístico, el autor sostiene que está decretado el ocaso de un tipo humano (la ?loca?) y con él su complementario (el ?chongo?), puesto que la enfermedad del SIDA obligó a un realineamiento de fuerzas: todos cayeron en la volada?y lo que ahora triunfa es cierto modelo de androginia que embarca las sexualidades en un continuo indefinido (Perlongher, 1997a: 89). No muy diferente de esta argumentación sería la de Leo Bersani de 1995 (Homos) o de Roberto Echavarren de 1998 (Arte andrógino). Sin embargo, Perlongher había sentado un precedente muy diferente en su poesía de los ochenta, donde la oposición de los polos masculino y femenino en la sexualidad intermasculina era la piedra de toque para la visualización y para la propia atracción sexual. En cierto sentido, por ello, la obra lírica de Perlongher, escrita mayormente en los 80, sigue atada a una visión dicotómica del submundo de la sexualidad divergente masculina, mientras en sus ensayos se vislumbra un cambio de actitud, en la que la sexualidad en general aparece más como un continuo de posibilidades y en la que se combaten los tipos esenciales. Como quiera que sea, el interés de Perlongher por los discriminados del sistema más masculinista (maricas, travestis) revela sus antenas para captar por dónde iban a correr las nuevas líneas de fuga que había que hacer visibles. Es en esta constante preocupación por la marginalidad por fuera del sistema ?gay? aceptado por el establishment donde habría que buscar el compromiso de Perlongher con el embate queer, que se manifiesta, en mi opinión, en la desfachatez con que hace gala de una mostración marica, que campea en iridiscencias camp.