INVESTIGADORES
MALOSETTI COSTA Laura
libros
Título:
Marcia Schvartz. Joven Pintora
Autor/es:
LAURA MALOSETTI COSTA
Editorial:
Arte Múltiple
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2006 p. 127
ISSN:
987-21269-2-5
Resumen:
MARCIA SCHVARTZJoven Pintora (1976 ? 1986)Esta exposición abarca unos diez años decisivos en la trayectoria  de Marcia Schvartz: los años previos al viaje a Barcelona, el tiempo del exilio y los primeros tiempos del regreso a Buenos Aires. A lo largo de todos esos años Marcia fue construyendo su estilo y su lenguaje en una serie de diálogos. Diálogos ? claro ? con las tradiciones de la pintura (la ?caja de herramientas?  de un artista), pero también en buena medida en una relación dialógica con sus retratados. En esos diálogos establece un juego de espejos que nunca evita la cuestión de la distancia y la auto-referencialidad. Pero sobre todo, busca siempre ampliar el universo de sus interlocutores: dialogar con un público amplio, no una tribu de ?especialistas?, es su principal desafío y una constante que guía sus decisiones. Su más importante aspiración es que su imagen sea popular, ?eso es lo más grande que le puede pasar a un artista? dice. Sin embargo, sus pinturas también apuntan, con una evidente dosis de sarcasmo, a establecer un diálogo estrictamente pictórico. En este sentido no es un dato menor que muchos de sus cuadros estén en manos de otros artistas.Su estilo siempre ha sido caracterizado como ?expresionista? y vinculado de modo bastante insistente con la Nueva Objetividad alemana. Pero poco parecen vincularse las intenciones de Marcia con la de aquellos artistas alemanes que veían en la violencia y las taras de la sociedad de su tiempo emerger el imparable ascenso del nazismo y recurrían a la ferocidad de la imagen para la denuncia. Son otros tiempos y otra sensibilidad la suya. Su imaginario se entronca más bien con una tradición local: la persistencia de una figuración crítica que es posible rastrear en las artes plásticas de Buenos Aires pero no sólo allí. Una tradición figurativa consciente de sus alcances y cultivadora de un dibujo sabio y exigente. Está también en el estilo de MS la huella de su paso por los talleres de Aída Carballo, Ricardo Carreira y Luis Felipe Noé. Y hay también allí la densidad de una mirada que ha visto mucho. Es una exquisita dibujante, no cabe duda. Lo era ya desde sus primeros trabajos, cuando tenía apenas veinte años,  antes de partir de Buenos Aires. El recorrido de su trayectoria en esa década permite percibir cómo fue cambiando sus puntos de vista, afinando su mirada y definiendo su carácter. Desde su galería de personajes ?nacionales y populares? realizados antes de la partida: señoras teñidas de rubio de la rama femenina, los cuerpos rechonchos de los veraneantes de La Salada o la Costanera Sur, parejas abrazándose y besándose con ferocidad, o figuras solitarias comiendo en pizzerías sórdidas, colectivos y estaciones de tren, hasta sus amigos y compañeros de exilio en Barcelona, las vecinas chismosas del barrio gótico, y personajes marginales de la noche catalana. Y de ahí a sus performances y los grandes retratos al óleo del regreso, esos que hicieron  inconfundible su estilo y su modo de mirar desde adentro los turbulentos años de la vuelta a la democracia en las noches del under de Buenos Aires. Siempre su figuración es crítica y a la vez de profunda simpatía, en todas sus obras hay un estremecimiento, cierta incomodidad que elige siempre trabajar desde el humor mordaz, aunque veces resulte casi imperceptible.Marcia Schvartz transita una cornisa delicada pero precisa, entre lo muy particular y algo general que hace que sus imágenes miren al espectador, que lo convoquen y se queden prendidas en su memoria.Tal vez sea una percepción centrada en medir las distancias. La distancia entre la experiencia de la artista y la del retratado, entre el retratado y el espectador. La distancia entre Buenos Aires y Barcelona, medida en la expresión de cada uno de sus personajes: entre las mujeres que toman sol en La Salada y las vecinas que chismorrean en sus balcones catalanes, entre las nostalgias de los que se acodan en las pizzerías y en los bares de un lado y otro del océano.Laura Malosetti Costa