INVESTIGADORES
IÑIGO CARRERA Nicolas
capítulos de libros
Título:
El movimiento obrero y los desocupados en la primera mitad de la década de 1930
Autor/es:
NICOLÁS IÑIGO CARRERA Y FABIÁN FERNÁNDEZ
Libro:
Sindicatos y desocupados. 1930/1935 – 1994/2004. Cinco estudios de caso
Editorial:
Dialektik
Referencias:
Lugar: Vicente López; Año: 2011; p. 17 - 61
Resumen:
Investiga la organización y movilización de los desocupados en los ’30, hasta ahora ignorada, salvo las políticas gubernamentales. En este capítulo se describen las condiciones de vida de los desocupados, para luego tomar en consideración las políticas planteadas desde las organizaciones sindicales y políticas del movimiento obrero en relación a su situación, y sus formas de rebelión y organización. Todas las organizaciones sindicales y políticas atribuyeron la desocupación al carácter capitalista de la sociedad y coincidieron en la necesidad de implantar otro régimen social, pero en lo inmediato todas reclamaron, con distintos énfasis, subsidios para los desocupados. La CGT y el P. Socialista propusieron políticas que involucraban en primer lugar a los trabajadores ocupados (disminución de la semana laboral, distribución del ingreso y realización de obras públicas o privadas); la CGT, además, planteó la sustitución de importaciones, participación sindical en reparticiones públicas de control de las condiciones de producción y rentabilidad de las empresas para imponer la semana de 40 horas, y enfatizó el control de las condiciones en que se empleaba a los desocupados para evitar la competencia con los ocupados; los socialistas propusieron leyes que beneficiaran a los obreros, incluyendo a los desocupados e impulsaron la realización de los censos de desocupados y la formación de una Junta sobre el tema. Pero ni la CGT ni el PS se propusieron organizar a los desocupados, como sí lo hicieron las agrupaciones que tendían a llevar los enfrentamientos por fuera del sistema institucional: anarquistas y comunistas reivindicaron la lucha de los desocupados por fuera de las mediaciones político-institucionales (manifestaciones callejeras y saqueos a comercios), mientras que la CGT y los socialistas priorizaron la confrontación dentro del sistema institucional y la negociación con el gobierno, las organizaciones económico-corporativas de los empresarios y las empresas. La organización de los desocupados se realizó con la formación de comités locales, que reclamaban el otorgamiento de subsidios; los saqueos de comercios fueron explícitamente organizados como forma de protesta, aunque limitados a un breve lapso de tres meses, en la ciudad de Buenos Aires.