Notas sobre extranjería y artes visuales

ANDREA GIUNTA

Buenos Aires

Taller; Extranjeros en la cultura y en la tecnología; 2007

Fundación Telefónica

A partir de un texto sobre la extranjeria en la cultura y en la tecnología de Néstor García Canclini propongo analizar distintas inflexiones del término extranjero. La extranjería en un sentido más o menos literal, es decir, la condición que se asume cuando se abandona el propio país, pero que también puede experimentarse al interior de una sociedad como la argentina, resultado de un fuerte proceso inmigratorio que tiene ya más de un siglo, y de la incorporación de esporádicas y pequeñas cuotas de otredades, producidas cíclicamente, a partir de distintas coyunturas; un proceso en el que pueden constatarse prácticas activas de clasificación entre lo propio y lo ajeno que se manifiestan en conductas mínimas. Me refiero, para ejemplificar, a algunas conclusiones derivadas de la experiencia personal de vivir en distintos países con distintas personas.              En segundo lugar describo los rasgos de un nuevo sistema de producción y de formación artística, vinculados a la incidencia de la globalización en los circuitos del arte. Me interesa considerar particularmente algunos ejemplos que evidencian esas nuevas formas, conciente de que los ejemplos que proporcione no dan cuenta de todas las posibilidades y que no llegan a constituir paradigmas. Sirven, más exactamente, para transmitir observaciones acerca de los cambios que se han producido en el sistema del arte.             En tercer lugar considero dos obras realizadas en Buenos Aires por extranjeros. Una es una pintura tradicional, al óleo, para ser colocada sobre la pared, cuya iconografía remite a la mirada de un recién llegado observando una ciudad que está conociendo. Es la mirada de un artista que se traslada de un lugar a otro y que mira lo distinto desde una producción tan tradicional como la pintura al óleo. La otra es un video de un artista al que podríamos considerar un buen ejemplo de “artista global” que, portador de todos los sistemas de producción que requiere la itinerancia, realiza una obra sobre Argentina.             Finalmente considero una reflexión sobre las últimas Documenta de Kassel y Bienal de Venecia, experiencias que ubico dentro de un formato global en el caso de Kassel y de otro todavía ligado al discurso de lo nacional, en el caso de Venecia. Lo que voy a plantear, en este caso, es el efecto que producen determinadas obras, ligadas a contextos específicos, con iconografías locales, y que incluso recurren a los métodos más tradicionales, cuando pueden ser observadas en contextos globales. Este último apartado remite a los riesgos de la indiferenciación y a los efectos de los discursos locales y específicos en un mundo en el que la travesía constante parecería haber disuelto la posibilidad de ser contemporáneo, legible en un contexto internacional y al mismo tiempo radicalmente local.