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Esta presentación considera algunos de los rasgos que marcaron el escenario inmediatamente posterior a la crisis en el campo de las artes visuales y la emergencia, entre 2004-2005 de instituciones públicas nuevas o transformadas: fundamentalmente, el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, el Museo de Arte Contemporáneo en la ciudad de Rosario, y el nuevo montaje de la colección de arte argentino en el Museo Nacional de Bellas Artes. Aun cuando el nuevo contexto político no fue ajeno a estas transformaciones, es necesario aclarar, desde un principio, que las decisiones que hicieron posible estos cambios sólo en parte estuvieron ligadas a los gobiernos que siguieron a la caída de De la Rúa. Estas iniciativas tambien se vincularon a los programas que fundaciones privadas desarrollaron en relación con algunas instituciones públicas. Destacar esto, desde un principio, permite anticipar al menos dos de las conclusiones que pueden extraerse de este trabajo: - en primer lugar, que el apoyo económico de las fundaciones privadas a instituciones públicas estratégicamente seleccionadas permite enriquecer el patrimonio público y consolidar programas en relación con las colecciones existentes, particularmente la de mayor importancia en la Argentina, como es la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. En otras palabras, que el desprestigio de las instituciones públicas, originado en una tradición de políticas deficientes que disuade a los coleccionistas de donar sus colecciones a los museos públicos o de aportar fondos para incrementar su acervo o contribuir a la conservación y remodelación de sus salas, parecería estar en un proceso de modificación; - en segundo lugar, que existen signos auspiciosos en relación con la continuidad de las políticas de ciertas instituciones públicas, que logran articularse más allá de las crisis en el campo de la política y de la economía.

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