Imagenes meditativas: Guernica y las geometrías de la memoria

ANDREA GIUNTA (AUTOR)

Málaga

Seminario; Guernica. Pervivencia de un mito; 2021

Fundación General de la Universidad de Málaga. Museo Picasso Malaga

El proceso de realización de Guernica, su primera recepción y los debates que generó, ubicaron a esta obra en una zona de interpretaciones complejas. Aunque vinculada a un acontecimiento violento concreto, la obra no lo describía. Había allí sufrimiento, pero no el mismo que los testigos relataban en relación con los hechos. El cuadro se vinculaba al bombardeo de Guernica, su título lo decía, pero se desmarcaba de la literalidad para referirse a un sentido general de la violencia que se actualiza cada vez que, al levantarlo en las calles de las ciudades del mundo, se invoca el fin de invasiones, bombardeos, declaraciones de guerra. Dolor animal y humano, tramados en un tejido intenso, casi monocromo, actúan como un llamado a alinearse contra las violaciones de los derechos humanos donde estas sucedan. Guernica ha funcionado, a través del tiempo, como una bandera pacifista. ¿Son sólo los temas, el caballo y las madres sufrientes, los que incitan la empatía y el repudio del atentado contra el derecho a la vida? ¿Existe en las formas, en las líneas compositivas del cuadro, elementos que permitan pensarlo como punto de partida de posibles estructuras de la memoria? Guernica es más que aquél bombardeo preciso, más que las circunstancias que rodearon la obra o que el poder que se tramó en la historia de sus travesías. Las formas en las que la pintura fue interpretada y usada, representan un punto de acuerdo respecto de la relación entre el arte y la violencia en la que ésta no queda atrapada en la historia. La hipótesis que propongo en esta ponencia sostiene que Guernica ha actuado como punto de acuerdo respecto de la compleja relación entre el arte y la política en América latina. Especialmente en la polémica que dicha relación provocó en el contexto de la revolución cubana y de los debates intelectuales acerca de cómo representar la política más allá de los modelos del realismo social. En esta obra el problema se resolvía con precisión. El dolor y la violencia resultaban claros, elocuentes, pero al mismo tiempo se alejaban de los formatos tradicionales. La pintura se separaba de la iconografía específica de los líderes políticos, de la pintura de batalla. No narraba los hechos. No representaba héroes. Tal efecto resultaba no solo de la iconografía, sino también de sus estructuras compositivas. En esta ponencia propongo pensar Guernica como punto de partida de un paradigma de la memoria que toma consistencia a partir de los años noventa y durante el siglo XXI. La obra propone una geometría del recuerdo en la que confluyen la ambigüedad y formas performáticas en las que se inscribe la textura de la memoria. Guernica, sostengo, inscribe un corpus de obras intensamente desarrolladas en el arte contemporáneo a las que denomino imágenes meditativas: estructuras perceptuales que condensan emociones con el propósito de provocar una experiencia transformadora de la conciencia de los sujetos y de la sociedad.