El poder de la palabra en la disputa por el sentido de la historia

ANDREA GIUNTA Y CRISTINA ROSSI (AUTORAS)

Tomás Maldonado, un moderno en acción: ensayos sobre su obra

Eduntref, Tres de Febrero

Lugar: Buenos Aires; Año: 2009; p. 110 - 129

Este trabajo se articula desde la confrontación de miradas acerca de cómo recuerdan los hechos algunos de sus protagonistas. Los materiales que aquí se reúnen provienen de un seminario de historia oral dictado durante el primer cuatrimestre del año 2003 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. El propósito de este seminario fue, precisamente, considerar los instrumentos de la historia oral en la construcción de fuentes para la historia del arte. De este seminario, y de otro sobre el mismo problema dictado en el 2002, surgió la iniciativa de formación de un archivo de historia oral radicado en el Instituto de Historia de Teoría e Historia del Arte ?Julio E. Payró?. La realización de este ensayo tiene como propósito establecer vínculos entre estas producciones y el público: exponer ?con todo el desafío y el riesgo que ello implica? la producción de las aulas a la mirada de quienes participan en el debate por el sentido de nuestras prácticas culturales, tanto en el terreno de la creación artística como en el de la interpretación, entendida ésta como práctica creativa y transformadora. Durante el dictado del seminario los estudiantes realizaron una serie de entrevistas que aquí organizamos siguiendo una serie de temas. El conjunto del material se encuentra en el citado Instituto, abierto para nuevas relecturas. Nuestro propósito no es demostrar la primacía de la historia oral, del recuerdo del artista, como una prueba más legítima que las obras o los documentos. Nuestra intención es poner de relieve hasta qué punto las palabras del artista enriquecen la interpretación de dichas obras y documentos, no sólo con la información factual que proporcionan, sino ?lo que no es menos importante? por su subjetividad, por la carga de experiencia que nos legan acerca de cómo la historia fue vivida. Es decir, plenamente involucrada en todo el terreno de disputas por la primacía, de las experiencias de éxito o de fracaso y de aquellas dificultades inherentes al olvido y al recuerdo. Suponer que un testimonio oral es una prueba irrefutable respecto de cómo sucedieron los hechos resulta tan ingenuo como esgrimir la infalibilidad de los documentos. La historia, podríamos afirmar, se teje en esa trama de pruebas y argumentos; una trama anudada por diversos intereses, por múltiples tensiones. Un territorio en disputa que, por esa misma razón, es permanentemente tensado por el descubrimiento de nuevos documentos, por la cita de nuevos testigos, reforzados o devaluados por distintos actores de acuerdo a sus intereses.