INVESTIGADORES
GIUNTA Andrea Graciela
artículos
Título:
Arte y globalización. Agendas, representaciones, disidencias
Autor/es:
ANDREA GIUNTA
Revista:
Artilugios. Investigación, reflexión y crítica en el campo de los estudios visuales
Editorial:
Artilugios. Investigación, reflexión y crítica en el campo de los estudios visuales
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2007 vol. 1 p. 64 - 71
ISSN:
1851-4480
Resumen:
En el debate estético de los últimos años, el término globalización ha servido para caracterizar un estado del arte todavía difícil de definir, pero cuyo funcionamiento responde a una lógica hasta cierto punto diferenciada de aquella que se instaló en el horizonte internacional después de la segunda posguerra. Si en aquellos años “internacionalismo” se utilizó, fundamentalmente, para definir el intercambio artístico entre las naciones y las condiciones que lo hacían posible, “globalización” presupone una circulación mundial entre centros que no necesariamente se identifican con las naciones, sino con un circuito definido, sobre todo, por las ciudades. Saskia Sassen describe el nuevo orden mundial como un proceso de desarticulación y rearticulación marcado por la primacía de los mercados financieros respecto de los productivos, por la dispersión territorial de los nuevos centros corporativos y por la virtualización de la economía en complejas redes informáticas. El resultado es una contradictoria dispersión espacial de los mercados de producción y capital controlados por las corporaciones transnacionales, junto a la progresiva integración informática del planeta. ¿En qué sentidos el nuevo orden global afecta el campo del arte? ¿Qué nuevas relaciones y redes de circulación establece? ¿Hasta qué punto incide en las formas y en los lenguajes? Mi propósito es analizar el profundo cambio producido en el sistema mundial del arte en los últimos años teniendo en cuenta tanto algunas líneas de continuidad como aquellos quiebres que establecen una situación diferente. Tal análisis persigue también la consideración del conflicto que la reestructuración del mundo artístico importa: ¿hasta qué punto la globalización del arte implica la representación del planeta? ¿qué incluyen y qué ignoran los circuitos que administran la circulación de la información global sobre las producciones artísticas? Las palabras, lo sabemos, definen y controlan los sentidos, establecen legitimidades. Esto es particularmente visible en el campo del arte, en el que términos como “internacionalismo” o “globalización” permiten establecer valores y sistemas de exclusión. Conocemos hasta qué punto desde la segunda posguerra el arte, para ser legítimo, tuvo que ser “universal” o “internacional”, dos palabras que sirvieron como formas de reconocimiento aun cuando nadie pudiese establecer con precisión cuáles eran las formas artísticas que correspondían a tales requerimientos. Esta consideración introduce otro de los objetivos de este ensayo: poner de manifiesto hasta qué punto el término “globalización” establece un campo de legitimidades en la escena internacional equiparable a aquel que en los años sesenta determinó el término “internacionalismo”. Ambas palabras están atravesadas por profundas paradojas. Si desde la posguerra, y sobre todo durante los años sesenta, “internacionalismo” se oponía positivamente al denostado “nacionalismo”, tal tensión parecería resuelta en la actual ecuación entre lo global y lo local. Mi propósito es, entonces, considerar tal cambio y el nuevo terreno de marginalización que se establece sobre esta alternativa, más allá de su apariencia inclusiva.